* Bibliografía

‘Brand in het onzichtbare’ [Fuego en lo invisible], una antología de Gamoneda traducida por Bart Vonck al neerlandés (2024)

  • Brand in het onzichtbare. Bloemlezing uit zijn poëzie 1961-2022 [Fuego en lo invisible. Antología de su poesía 1961-2022] es el título del nuevo libro de Antonio Gamoneda en neerlandés, el cuarto, con traducción de Bart Vonck y publicación en Leuven, Uitgeverij P., 2024.

Las 4 traducciones de Gamoneda, a cargo de Bart Vonck, al neerlandés:

  • Boek van de kou [Libro del frío]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2005.
  • Brandend verlies [Arden las pérdidas]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2009.
  • Beschrijving van de leugen [Descripción de la mentira]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2012.
  • Brand in het onzichtbare. Bloemlezing uit zijn poëzie 1961-2022 [Fuego en lo invisible. Antología de su poesía 1961-2022]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2024.

Los cuatro libros de Gamoneda publicados en neerlandés.

Bart Vonck, traductor de Gamoneda al neerlandés (© Mercurius DM Studio Leyssen Photograph).

Gamoneda, entre los 40 autores del libro ‘Palabras para Corsario’

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Han colaborado con sus textos, entre otros autores, Luis Mateo Díez, Antonio Gamoneda, Gustavo Martín Garzo, Olvido García Valdés, Germán Vega, Ildefonso Rodríguez, Luis Marigómez, Tomás Sánchez Santiago, Manuel Sierra, Miguel Casado, Fernando Herrero, Eduardo Vasco, Rafael Vega «Sansón», Héctor Urzaiz, Helen Lannaghan, Javier Dámaso, Manuel Jesús González, Carlos Gil, Miguel Ángel Pérez Maguil, Eloísa Otero, Ana Gallego, Benjamín Sevilla, Javier Martínez Varillas, Joseph Seelig, Miguel Ángel Varela, Alfredo Vidal, Javier R. de la Varga y Chefa Alonso.

Gamoneda, traducido a 19 idiomas

Traducciones de la obra de Antonio Gamoneda

ÁRABE:

  • Kitab al-bard [Libro del frío]. Almahdi Akhrif (trad. e intr.), Casablanca, Publicaciones del Ministerio de la Cultura, s. d.
  • * [Descripción de la mentira, Arden las pérdidas]. Khaled Raissouni (traducción). Ozgaa Ed., Rabat, 2013.
  • * [Lápidas]. Khalid Raissouni (trad.). Casablanca, 2013.

ALEMÁN:

  • Esta luz. Dieses Licht. Eine Anhologie 1947-2005. Manfred Bös, Petre Strien-Bourmer, Karina Gómez-Montero (trads.) [epílogo de Javier Gómez-Montero] Kiel, Ludwig, 2007.

BÚLGARO:

  • Poesía. Rada Panchovska (trad.), Editorial Próxima RP, Sofía, Bulgaria, 2011.

CATALÁN:

  • Un armari ple d’ombra. Tina Vallès (trad.), Editorial Empúries, Barcelona, 2011.

CHECO:

  • Tohle svetlo [Esta luz]. Petr Zavadil (trad.), Praga, Agite/Fra, 2010.

CHINO:

  • Selected poems [Antología]. Colección ‘Homer Medal Laureates Series’, East China Normal University Press, 2020.

COREANO:

  • Selected poems. Forest of Literatura, Mapo-gu, Seúl. ISBN 978-89-93838-25-1-4870.

ESLOVACO:

  • Knjiga hladu [Libro del frío]. John Zhumer (trad.), Ljubljane, Druzina, 2022.

FRANCÉS:

  • Pierres gravées [Lápidas]. Jacques Ancet (trad. y prólogo), París, Lettres Vives, 1996.
  • Livre du froid. 1ª ed. Jean-Yves Bériou y Martine Joulia (trads.), París, Antoine Soriano Éditeur, 1996.
    · 2ª ed. [con prefacio de Pierre Peuchmaurd], París, Antoine Soriano Éditeur, 2005.
  • Substances, limites. Nimphea. [Con fotografías de Michel Hanique]. Jacques Ancet (trad.), Toulouse, Le Grand Os, 1997.
  • Froid de limites. [¿Tú ?]. Jacques Ancet (trad.), París, Lettres Vives, 2000.
  • “Mortel 1936. Passion et lumière de Juan Barjola”. Jacques Ancet (trad.), Europe. Revue littéraire mensuelle (París) 852 (2000), 102-109.
  • Pétale blessé. [Con una pintura original de Claire Pichaud]. Claude Houy (trad.), Barriac en Rouergue, Trames, 2002.
  • Blues castillan. Jacques Ancet (trad.), París, Corti, 2004.
  • De l´impossibilité. [Con grabados de Jean-Louis Fauthoux y prefacio de Salah Stétié]. Amelia Gamoneda (trad.), Montpellier, Fata Morgana, 2004.
  • Description du mensonge. Jacques Ancet (trad. e intr.), Paris, Corti, 2004.
  • Passion du regard. Jacques Ancet (trad. e intr.), París, Lettres Vives, 2004.
  • Cecilia. Jacques Ancet (trad.), París, Lettres Vives, 2006.
  • Sur la poésie. [Discurso de recepción del Prix Européen de la Littérature, 2006]. Jacques Ancet (trad.), París, Librairie La Hune, Arfuyen, 2006.
  • Clarté sans repos [Arden las pérdidas]. Jacques Ancet (trad. e intr.), París, Arfuyen, 2006.
  • Livre des poisons [Libro de los venenos]. Jean-Yves Bériou y Martine Joulia (trads.), [postfacio de Ildefonso Rodríguez «Vif-argent, sang, lait, scorpions : le livre de l’incertain»], Arles, Actes Sud, 2009.

GALLEGO:

  • Fonación, palabra e escritura, pensamento poético. Ed. Trifolim, Santiago de Compostela, 2012.
  • Estética y temporalización do Camiño Xacobeo. Ed. Trifolim, Santiago de Compostela, 2012.

HEBREO:

  • Im ki kvar meuhar [Aunque ya es tarde. Antología]. Rami Saari (trad. e intr.), Jerusalén, Carmel, 2004.

INGLÉS:

  • Gravestones [Lápidas]. Donald Wellman (trad.), New Orleans, UnoPress, University of New Orleans Publishing, 2009.
  • Description of the Lie. Donald Wellman (trad.), Talisman House Editions, 2013.
  • Castilian Blues. Benito del Pliego y Andrés Fisher (trads.). Quantum Prose, New York, 2021.
  • Book of the cold. Catherine M. Hedeen y Víctor Rodríguez Núñez (trads.), World Poetry Books, 2022.

ITALIANO:

  • Solo luce (Antologia poetica 1947-1998). Sara Zanghì (trad.), Roma (Italia), Edizioni Empirìa, 2009.
  • Libro del freddo [Libro del frío], Valerio Nardoni (trad.), Roma, Città Nuova, 2009.
  • Cecilia e altre poesie. Carlo Ferrucci (trad.), Editorial Ponte Sisto, Italia, 2012.
  • Un armadio pieno d’ombra, [Un armario lleno de sombra]Carlo Ferrucci (trad.), Editore RiunitiUniversity Press, Roma, 2012.
  • Canzone erronea [Canción errónea]. Roberta Buffi (trad.), Lieto Colle, Roma, 2017.

JAPONÉS:

  • Antología poética. Kenji Inamoto (trad.)Editorial Gendaikikakushitsu Publishers, Tokio, Japón, 2013.

NEERLANDÉS:

  • Boek van de kou [Libro del frío]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2005.
  • Brandend verlies [Arden las pérdidas]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2009.
  • Beschrijving van de leugen [Descripción de la mentira]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2012.
  • Brand in het onzichtbare. Bloemlezing uit zijn poëzie 1961-2022 [Fuego en lo invisible. Antología de su poesía 1961-2022]. Bart Vonck (trad.), Leuven, Uitgeverij P., 2024.

POLACO:

  • Swiatlo w cieniu [Luz en la sombra], Antología. Anna Ogar (trad.), Ed. Muza, Varsovia, 2017.

PORTUGUÉS:

  • Livro do frio. José Bento (trad. y nota biográfica), Lisboa, Assírio & Alvim, 1998.
  • Ardem as perdas. Jorge Melícias (trad.), Vila Nova de Famalicão, Quasi, 2004.
  • Descriçao da mentira. Vasco Gato (trad.), Vila Nova de Famalicão, Quasi, 2007.
  • Oraçâo fria. Joâo Moita (trad.), Assírio &Alvim, Porto, Portugal, 2013.
  • Libro do frio. Saturnino Valladares (trad.) [portugués de Brasil]. Editora Valer, Manaos, 2020.
  • Un armário cheio de sombra. Jorge Melicias (trad.), Minotauro, Lisboa, 2020.
  • Cecilia. Saturnino Valladares (trad.) [portugués de Brasil]. Editora Valer, Manaos, 2023.

RUMANO:

  • Claritate neostenita. [Claridad sin descanso] Antología. Dinu Flamand (trad.), Editoral Eikon – Cluj-Napoca (Rumanía), 2012.

SUECO:

  • Beskrivning av lögnen [Descripción de la mentira]. Ulf Eriksson (trad.), Stockholm (Suecia) Bokförlaget Tranan, 2009 [Artes (Stockholm) 3 (2002) 76-111].
  • Förlusterna Glöder. [Arden las pérdidas]. Trad. Ulf Eriksson (trad.), Bokförlaget Tranan, Estocolmo, 2007.

Gamoneda, Pixán, el duende de Lorca y… «Escondida luz»

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Noticia publicada por el diario La Nueva España el pasado 4 de febrero de 2024.

— … —

FEDERICO GARCÍA LORCA
Escondida luz
Antología, montaje poemático y prólogo de Antonio Gamoneda
Sibila y Fundación BBVA, 2010.

Escondida luz, la antología de Federico García Lorca a cargo del poeta Antonio Gamoneda, no es solamente una selección consabida de poemas canónicos. Gamoneda incluye textos de la primera juventud del poeta granadino y extrae unidades poemáticas sumidas en sus obras dramáticas. Así la selección une el sello personalísimo del antólogo al valor propio de los versos de Lorca.

«Un labrador duda en la oscuridad», poema del libro «Amor agrario» de Gamoneda (2023)

Ficha del libro:

AMOR AGRARIO. Paisajes para la esperanza
ANTONIO GAMONEDA
Edita: Ayuntamiento de Gordoncillo.
Edición conmemorativa del Premio Semilla de Oro 2023.
DL: LE 235-2023

La revista ‘Evohé’ dedica un monográfico a Gamoneda

Evohé, Revista del Campus Terra de Lugo, realizada por estudiantes de la Universidad de Santiago de Compostela con la colaboración de profesores y creadores diversos, dedica un monográfico a Antonio Gamoneda en su último número, el 34, correspondiente a 2023.
El número ya ha sido colgado en el repositorio Minerva de la USC, donde se puede consultar completo en pdf:

Una de las fotografías de la revista.

El «León» de Gamoneda en «León al pie de la letra», un libro de David Rubio

Acaba de ver la luz un nuevo libro del periodista y escritor leonés David Rubio: ‘León al pie de la letra’, editado por el diario La Nueva Crónica y el Ayuntamiento de León, en el que se recogen un total de doce rutas literarias por la ciudad.

Las rutas han sido trazadas a partir de obras y escritores relacionados con la capital leonesa, y Antonio Gamoneda protagoniza una de ellas, acompañado en el libro por la Pícara Justina, Luis Mateo Díez, Nativel Preciado, Antonio Pereira, Francisco Umbral, Juan Pedro Aparicio, Victoriano Crémer, José María Merino, Noemí Sabugal, Avelino Fierro, Francisco Pérez Herrero y Julio Llamazares.

Ilustración del interior del libro, obra de Rubén Cantón.

«La más poética de las miradas literarias que se han proyectado sobre la ciudad de León ha tenido como autor a Antonio Gamoneda. Nació en Oviedo en 1931 pero ha pasado toda su vida en León, donde ha escrito prácticamente toda su obra y cuya vida cultural ha contribuido a dinamizar, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, época en la participó en la puesta en marcha de algunas de las infraestructuras que han hecho de la capital leonesa el referente cultural que es hoy».

Así arranca «El frío de los barrotes», el capítulo dedicado a Antonio Gamoneda, de quien David Rubio repasa su Antología poética, así como sus dos libros de memorias, Un armario lleno de sombra y La pobreza, para trazar el mapa biográfico, poético y sentimental del Premio Cervantes 2006 en la ciudad de León, con una ruta que comienza en la casa donde Gamoneda vivió en su infancia, recién llegado a León con su madre desde Oviedo, y en cuya fachada (el número 6 de la Avenida Doctor Fleming, en el barrio del Crucero) se pueden leer unos versos incluidos en el libro Lápidas:

“Sucedían cuerdas de prisioneros; hombres cargados de silencio y mantas. En aquel lado del Bernesga los contemplaban con amistad y miedo. Una mujer, agotada y hermosa, se acercaba con un serillo de naranjas; cada vez, la última naranja le quemaba las manos: siempre había más presos que naranjas.

Cruzaban bajo mis balcones y yo bajaba hasta los hierros cuyo frío no cesará en mi rostro. En largas cintas eran llevados a los puentes y ellos sentían la humedad del río antes de entrar en la tiniebla de San Marcos, en los tristes depósitos de mi ciudad avergonzada”.

A partir de ahí, la ruta prosigue por el antiguo Banco Mercantil, en el que Gamoneda empezó a trabajar nada más cumplir los 14 años, y continúa por la Estación de Matallana, la Catedral, la Sala Provincia (Instituto Leonés de Cultura) y la Librería Valderas… lugares que marcan distintos hitos en la biografía y la poesía del poeta astur-leonés.

«Claridad sin descanso»: La conciencia del deterioro en ‘Arden las pérdidas’ / Un artículo de Sergio Fernández Martínez (2023)

El nuevo número (el 21) de la revista Siglo XXI. Literatura y Cultura Españolas, de la Universidad de Valladolid, incluye un artículo de Sergio Fernández Martínez sobre la vejez en tres poetas españoles: Antonio Gamoneda, Juana Castro y Angélica Liddell.

CITA DEL ARTÍCULO:
Fernández Martínez, S.
(2023). Vejez y decrepitud en la obra de tres poetas españoles: Antonio Gamoneda, Juana Castro, Angélica Liddell. Siglo XXI. Literatura y Cultura Españolas, (21), 185–210. https://doi.org/10.24197/sxxi.21.2023.185-210

Reproducimos el apartado dedicado a Antonio Gamoneda:

“CLARIDAD SIN DESCANSO”: LA CONCIENCIA DEL DETERIORO EN ‘ARDEN LAS PÉRDIDAS’ (ANTONIO GAMONEDA, 2003)

Por SERGIO FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Los motivos y temas característicos del cuerpo decrépito aparecen de manera recurrente en la obra poética de Antonio Gamoneda y, de manera especial, a partir de su libro Arden las pérdidas (2003). La expresividad, la ambientación y la temática que vertebran esta obra encuentra su origen estilístico en Libro del frío (1992), y su continuación en poemarios como Canción errónea (2012) o, de manera aún más sintética, en La prisión transparente (2016). En Arden las pérdidas, el dolor funciona como el núcleo esencial de los procesos afectivos, sobre los que destaca la pérdida en su más amplio significado: “un día, se manifestó la melancolía cableada del corazón al intestino” (Gamoneda, 2003: 115). Los verbos utilizados por el sujeto poético, en primera persona —“vi”, “veo”, “tengo”, “miro”, “contemplo”, etc.— otorgan al conjunto un carácter documental al tiempo que proyectan una voluntad testimonial. Como recoge el propio autor en Solo luz:

mi poesía, aun siendo prioritariamente autorreferente, adquiere su completo sentido cuando comporta […] un discurso inseparable de hechos interiorizados (he dicho “interiorizados”, no “interiores”), que han proporcionado cuerpo y carácter a mi vida. Lo he argumentado en repetidas ocasiones de otra manera: mi poesía (y quizá la de todos, quieran o no quieran) es el relato de cómo avanzo hacia la muerte. Un relato en el que, insisto, son inseparables, porque son la misma cosa, la realidad y el símbolo (Gamoneda, 2000: 7; énfasis añadido).

Así, desde la perspectiva de la vejez, los procesos vitales se muestran como espectros que ocupan el lugar de las realidades para colmar el recuerdo. La mirada, tan importante en Arden las pérdidas, funciona como una fuerza centrípeta de interiorización corporal hacia el dolor, utilizando como elemento característico el uso de terminología médica muy precisa, léxico poco recurrente en poesía:

Escuchar la sangre. ¿Dónde? ¿En la fístula azul o en las arterias ciegas? Allí el hierro silba, o arde, quizá: no somos más que miserable hemoglobina. Allí los huesos lloran y su música se interpone entre los cuerpos. Finalmente, purificados por el frío, somos reales en la desaparición (Gamoneda, 2003: 111).

La infancia y la senectud están relacionadas a lo largo del poemario a través del motivo corporal, donde la identificación entre ambos extremos vitales se va conformando hacia una forma de materia única: avanzando desde los “desvanes de la infancia” (Gamoneda, 2003: 21) y la “niñez abrasada” (2003: 25) se alcanza el final de la vida, donde la decrepitud corporal adquiere una dimensión ontológica: “Entré en un tiempo en que mi cuerpo participaba de la luz, que, a su vez, estaba en mí y fuera de mí: eran la fiebre y la revelación en el instante de rasgarse la infancia” (2003: 113).

Esta cuestión, la intensificación de ciertos elementos poéticos y la recurrente aparición de ciertas imágenes irracionalistas, funciona de manera discursiva en todo el corpus lírico de Antonio Gamoneda: “La experiencia de la emisión —o la recepción— de la poesía intensifica mi vida y yo vivo esta intensificación como una forma de placer. Esta intensificación y este placer son independientes de la significación: la poesía fundamentada en el sufrimiento genera también placer” (Gamoneda, 1997: 24; énfasis en el original). El dolor, núcleo central de la poesía gamonediana, invade todo el poemario mediante impulsos estéticos de sostenida emoción. Si ya en Sublevación inmóvil (1960) se podía leer “Oh qué dura, feroz es la frontera / de la belleza y el dolor” (Gamoneda, 2010: 43), es a través de la experiencia de la enfermedad y del cuerpo decrépito en Arden las pérdidas donde se somete al sujeto a los conflictos de la conciencia y de la voluntad, en lucha con la materialidad de la palabra. Como señala Miguel Casado, las sustancias de la muerte saturan la percepción sensorial del poema (2010: 588), pero bajo las palabras circula un sustrato memorialístico. Por ello, los diálogos sostenidos a lo largo del poemario se concentran en las formas invisibles de la desaparición —lo concreto, ciertos momentos vitales, varios seres queridos—: “esta pena arterial, esta memoria / despedazada” (Gamoneda, 2003: 55).

La memoria, impulsada desde la vejez, produce conexiones que se comunican circularmente con el origen de la vida:

Esta es la edad del hierro en la garganta. Ya.
Te habitas a ti mismo pero te desconoces; vives en una bóveda abandonada en la que escuchas tu propio corazón
mientras la grasa y el olvido se extienden por tus venas y
te calcificas en el dolor y de tu boca
caen sílabas negras.
[…]
Piensas la desaparición. Acaricias
la tiniebla cerebral, bajas al hígado calcinado por la tristeza.

Así es la edad del hierro en la garganta. Ya
todo es incomprensible (Gamoneda, 2003: 119-120).

Lo nombrado a través del cuerpo activa el núcleo interior de los poemas, lo que Gilbert Durand denomina “puntos de condensación simbólicos” (1981: 40); aquellas zonas conceptuales —en este caso insistencias corporales— en las que se cristalizan los símbolos. Estos puntos de condensación constituyen un referente que explica y desarrolla el propio texto, y también el acto poemático. Los conceptos que remiten a una misma imagen aun siendo diferentes —“el dolor es parte de la serenidad” (Gamoneda, 2003: 19); “conocí los sudarios habitados / y las bujías del dolor” (Gamoneda, 2003: 69)— se ven acelerados por un dinamismo de tensiones incesantes cuyo resultado es su propia sustancia: la imagen así se transforma y se torna en otra diferente, generando simultáneamente una dialéctica del dolor, en un territorio intermedio entre lo concreto y lo imaginario.

La exaltación sensorial se convierte en agónica, y los referentes clínicos reaparecen constantemente junto a las imágenes de la enfermedad: “Ahora / aparto crespones¹ y cánulas hipodérmicas” (Gamoneda, 2003: 23); “Mi vejez tuerce sus huesos y quema sus cabellos, mi vejez envuelta en una piel húmeda de amor” (Gamoneda, 2003: 37); “Miro mi desnudez. Contemplo / la aparición de las heridas blancas” (Gamoneda, 2003: 39); “Por sus cánulas descendieron los líquidos de la vejez, pero la vejez incendió mi memoria. / […] / He despertado. Ya / no veo más que las delicadas espátulas, tan útiles en la preparación de la agonía” (Gamoneda, 2003: 122). Todo ello remite a la concepción barthesiana de la escritura:

imágenes, elocución, léxico, nacen del cuerpo y del pasado del escritor y poco a poco se transforman en los automatismos de su arte. Así, bajo el nombre de estilo, se forma un lenguaje autárquico que se hunde en la mitología personal y secreta del autor, en esa hipofísica de las palabras y las cosas, donde se instalan, de una vez por todas, los grandes temas verbales de su existencia (Barthes, 2012: 13-14).

Aunque su relevancia extratextual sea mínima, el espacio estrictamente biográfico es, por tanto, desde donde se produce un acercamiento íntimo a lo colectivo, desde el pacto realista del acto poético. La voz extenuada del sujeto poemático, en su detallado recuento de aflicciones —“llagas vivientes” (Gamoneda, 2003: 43); “luz / en los cartílagos y las venas. Luego / descendieron las vértebras” (2003: 43); “mirada inmóvil” (2003: 43); “úlceras” (2003: 47); “fístulas” (2003: 63); “enfermedad llena de espejos” (2003: 103); “sangre en mi pensamiento” (2003: 103)—, se condensa en la imagen final de la calcinación.² Como señala Miguel Casado (2010: 617-618), ya desde Lápidas (1986) el verbo “arder” es utilizado por Gamoneda en un sentido no vinculado al fuego, sino a diferentes formas de transfiguración luminosa que transmiten intensidad y fuertes concentraciones de vida activa.

Casado ya había observado anteriormente la existencia, en el lenguaje poético de Gamoneda, de “esa cifra simbólica e irracionalista” (2006: 13), cuestión también percibida por María Nieves Alonso —“uso de figuras y símbolos desasidos de la dependencia realista” (2005: 19)— y por José Luis Puerto —“hay una continua recurrencia a los mismos símbolos, que se enriquecen y se ramifican […] caracterizadas por su irracionalidad y subjetividad” (1993: 23)—. Se introducen aquí diversos conceptos que resultan de especial relevancia: la subjetividad de la imagen, similar a la experiencia del dolor, la indeterminación semántica de los términos, que en una lógica interna encuentran su necesidad y también su justificación, y la generación de ese mundo de realidades y conceptos que mantienen una correspondencia exacta pero también paralela.³

Así, en esa “habitación calcinada” (Gamoneda, 2003: 17) de Arden las pérdidas, la imagen es espectral, oracular, y de este modo la vejez se desarrolla como un continuum; es decir, no es un estado vital dado en la consumación, sino que supone una realización permanente de la pérdida a través de las diferentes apariciones de la infancia —“busco las manos de mi madre en los armarios llenos de sombra” (Gamoneda, 2003: 23)— que, a su vez, remiten a la biografía real del poeta.4 Las imágenes luminosas —recogidas en la imagen de “la última luz” (Gamoneda, 2003: 15)— se contraponen a la tradicional serenidad y calma para personalizar el regreso de la inquietud y del malestar, y sirve para explorar la energía que desprende lo obsesivo del cuerpo decrépito, como ocurre en todo el desarrollo de la parte final del poemario, titulada “Claridad sin descanso”. La observación de la angustia y la experiencia del dolor surgen del testimonio de la memoria y confluyen en una preocupación identitaria culminada en la pérdida de conciencia; un proceso que se genera, entre otras recurrencias, a través de la identificación animal:

Una paloma inmóvil
en sus arterias y en sus huesos. Ya
atiende a la agonía natural envuelta
en pétalos de sombra (Gamoneda, 2003: 95).

En los elementos naturales y, en especial, en el cuerpo de los animales moribundos —“vi serpientes enfermas —bellas en sus úlceras transparentes—, frutos amenazados por espinas y sombras, hierbas excitadas por el rocío. Vi un ruiseñor agonizante y su garganta llena de luz” (Gamoneda, 2003: 101)— se produce una tensa relación metonímica a través de una concepción agonística de la experiencia humana, en cuya esencia descansa una relación dialéctica entre la belleza y el dolor. Así, la “potencia / degolladora de dolor” (Gamoneda, 2010: 43) y los “cuerpos / endurecidos en el dolor” (Gamoneda, 2010: 69) de Sublevación inmóvil conocen en Arden las pérdidas el tiempo de la caducidad y de la derrota, un dolor fundamentalmente humano, donde la palabra se extiende hasta alcanzar el agotamiento, en un tenaz juego de contrastes que conduce al sujeto hacia el tormento epistémico: “Soñé y el sueño era otra vida dentro de mi cuerpo y su argumento consistía en el dolor y el dolor era anterior al pensamiento y se deducía de células enfermas” (Gamoneda, 2003: 114).

De nuevo, el sufrimiento se acepta como raíz vital, una condición inseparable de la vida, y se propulsa desde el cuerpo hacia todo aquello que se libera. La memoria sentimental que emerge de la conciencia —y que en ocasiones la suplanta— busca la identidad personal en la atenuación y el final acabamiento de esta: “Es la vejez. Fluye en mis venas como agua atravesada por gemidos. Van / a cesar todas las preguntas” (Gamoneda, 2003: 124). El final del cuerpo y su decadencia, lugar de “la agonía y la serenidad” (Gamoneda, 2003: 124), posee un discurso alegórico acerca de la existencia humana y el dolor, inherente sustancia al ser. Todos los herrajes conceptuales de Arden las pérdidas giran en torno al dolor físico, donde los sentidos corporales perciben más de lo que percibe el sujeto, demostrando que si la muerte y la memoria son los grandes núcleos de la poesía de Antonio Gamoneda, como ha señalado la crítica (Casado, 2010: 619), también a través del dolor surge la voluntad de introspección, conocimiento y constitución, como así lo introduce, a través del motivo corporal, la voz que, desde la vejez, reconstruye la conciencia que atraviesa el poemario.

— — —
NOTAS:

¹ Se alude a la acepción de crespón como gasa tupida y, por metonimia, al luto: aparece, de nuevo, una alusión al acabamiento físico.

² José Luis Gómez Toré incide también en la importancia de la materia escatológica en este poemario, que completa la experiencia total de la vida (2005: 93).

³ En su ensayo El cuerpo de los símbolos, Gamoneda declara que la palabra se expande de manera física, aunque permanezca cerrada, y precisamente en su cierre se produce una alteración de las significaciones que conciertan, de este modo, su sentido: “En el poema manejo palabras cargadas con valor simbólico, pero se trata de un simbolismo con un solo miembro: el símbolo es, en su naturaleza, aquello mismo que simboliza. Dicho de otra manera: es símbolo de sí mismo” (1997: 26-27). Es decir, se produce una contracción del símbolo que favorece la comprensión de un segundo sentido, aunque este resulte paradójico. Es un proceso similar a la disemia heterogénea estudiada por Carlos Bousoño (1984: 217) y a la simultaneidad objetiva y subjetiva teorizada por Robert Langbaum (1996: 369). Asimismo, Gamoneda reconoce la encarnación del símbolo a través de un ejemplo práctico de su propia poesía: “hay una tensión mediante la cual las palabras adquieren potencias simbólicas. Pero se trata de un simbolismo especial: se simbolizan a sí mismas. Tú encuentras en un poema mío unas cucharas. Tú vas a pensar que se trata de un símbolo, y es verdad, pero después vas a sospechar que esas cucharas estuvieron físicamente en mi vida. Estás en lo cierto. En los dos casos” (1997: 178; énfasis en el original).

4 La imagen, real y simbólica, del armario es el dispositivo que activa la memoria del poeta en su primer volumen de memorias, titulado Un armario lleno de sombra (2009); al que sigue el tomo La pobreza (2020). Asimismo, es de revelador título su antología Niñez (2016), preparada por su hija Amelia Gamoneda Lanza.

«El grito de la tierra: ‘Blues castellano’ de Antonio Gamoneda», un ensayo de Stefano Pradel (2019)

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Pradel, Stefano, “El grito de la tierra: Blues castellano de Antonio Gamoneda”, Castilla. Estudios de Literatura 10 (2019): 356-382.

Sobre la antología personal ‘Atravesando olvido’, de Gamoneda, por José María Espinasa en ‘Letras Libres’ (2004)

José María Espinasa publicó en junio de 2004 en la revista Letras Libres el artículo titulado «Cinco decenios adentrándose afuera», sobre la antología personal Atravesando olvido [1947-2002] (Ed. Aldus, México, 2004), de Antonio Gamoneda.

Cinco decenios adentrándose afuera

Por JOSÉ MARÍA ESPINASA

Hace unos meses la editorial Tusquets puso en circulación, desde Barcelona, el volumen Arden las pérdidas, el más reciente libro de Antonio Gamoneda (1931), una de las voces más importantes de la actual lírica hispánica, pero es probable que la presencia del libro apenas fuera advertida en México por lectores atentos que siguen la actualidad literaria. Es tal la desconexión entre lectores de ambos países que aquellos nombres que ocupan un lugar sobresaliente en un lugar son desconocidos en el otro y a la inversa, y éste es el primer libro de Gamoneda con circulación en México. Por eso es importante ahora la aparición de Atravesando olvido (1947-2002), una antología personal que lo sitúa en su trayectoria de ya más de cincuenta años como poeta. Tal vez la insistencia editorial —vale la pena, la verdad— lo vuelva un poeta conocido entre nosotros.

Gamoneda pertenece a esa generación que vivió la guerra en la niñez y en la que la violencia permaneció presente muchas décadas después y tal vez no desaparezca nunca. No se trata de un poeta cuya revelación fuera fulgurante desde sus primeros libros, sino que se fue asentando en el gusto del lector, mientras trabajaba en su tono personal sin dejarse llevar por las modas del momento. Lejano del ritmo histriónico de algunos poetas de su edad, desde el principio mostró una voluntad de concentración que poco a poco lo fue llevando a una dicción esencializada y al encuentro de una transparencia asombrosa que acentúa su densidad.

Vistos retrospectivamente, los libros de los años cincuenta y sesenta, de los cuales Atravesando olvido trae algunas muestras, son a la vez un aprendizaje y un señalamiento del tono que se volvería más evidente en libros futuros. La importancia que tuvo en aquellas décadas la circunstancia de la dictadura franquista y el dolor de la posguerra hizo que los poetas se dirigieran sobre todo a una exterioridad colectiva, mientras que Gamoneda decidió interiorizar el sentido, hablarse a sí mismo para poder así hablar a cada uno. Cuando el tiempo transformó el contexto, las virtudes de Gamoneda empezaron a mostrarse con más firmeza ante sus lectores. La publicación, en 1988, de su poesía reunida bajo el significativo título de Edad —que incluye el notable Blues castellano de 1966— le dio el lugar que se merecía y le permitió evolucionar hacia libros más arriesgados y singulares.

Lo ocurrido en esa evolución sólo es comparable a lo que sucedió con José Ángel Valente después de la publicación de Punto cero. Cada libro que Gamoneda publicaba se volvía una pieza clave de la poesía hispánica —Libro del frío (1992), Libro de los venenos (1995) y en 2003 Arden las pérdidas—, mientras que el reconocimiento de la crítica y el número de sus lectores en la Península crecía. Atravesando olvido es una notable introducción a su obra para el lector mexicano, perfilada por la selección del propio autor, con prólogo de Eduardo Milán, y un apéndice que incluye una conversación con Gamoneda y un texto (muy bueno) de él mismo reflexionando sobre su labor.

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Gamoneda en el monográfico «Humanismo Solidario. La ética de la esperanza” (2023)

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“Humanismo solidario. La ética de la esperanza” es el nuevo monográfico de la editorial ruteña Ánfora Nova. Cuenta con destacadas participaciones del Premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, los Premios Cervantes Antonio Gamoneda y Sergio Ramírez, o el Premio Princesa de Asturias Emilio Lledó. Junto a ellos, figuran también el exdirector general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel IcetaGarry JacobsFernando ArrabalAntonio Garrigues Walker o la libanesa Ogarit Younan. El nuevo trabajo, bajo la dirección de José María Molina, reúne en torno a ochenta escritores, artistas plásticos e intelectuales de talla nacional e internacional.

(…) Según Molina, estamos ante “una joya bibliográfica”. Se ha elaborado con el objetivo de promover y difundir una corriente crítica e intelectual que, desde la heterodoxia estética, asume “el uso de la palabra como obligación social bajo los irrenunciables principios del compromiso y el comportamiento ético”. La publicación aborda temáticas relacionadas con el compromiso ético del humanismo solidario, como la paz, la justicia, la libertad, la igualdad, el ecologismo, el feminismo o la solidaridad. (…)

‘Book of the cold’ / Katherine M. Hedeen & Víctor Rodríguez Núñez traducen al inglés el ‘Libro del frío’ de Gamoneda

La librería leonesa Tula Varona acogió el martes 13 de junio, por la tarde, la presentación de la versión estadounidense de «Book of the Cold / Libro del frío» de Antonio Gamoneda, traducido por Katherine M. Hedeen & Víctor Rodríguez Núñez.

Fotografía: Sonia Riaño / Tula Varona.

Katherine M. Hedeen (Salem, Oregón, USA, 1971) es traductora, ensayista y catedrática. Se especializa en poesía hispanoamericana y ha traducido al inglés y prologado más de veinte libros de poetas relevantes de la región, como Juan Gelman, Jorgenrique Adoum, José Emilio Pacheco, Fina García Marruz, Juan Calzadilla y Raúl Gómez Jattin, así como dos antologías de la poesía contemporánea de Cuba. Ha recibido en el Reino Unido el premio PEN Translates, y en Estados Unidos dos veces la beca National Endowment for the Arts. También ha traducido y prologado recientemente la obra de Antonio Gamoneda, Book of the Cold / Libro del frío. Ha traducido, además, poesía del inglés al español de, entre otros autores, Mark Strand, C.D. Wright y John Kinsella. Es editora de la casa estadounidense Action Books, y catedrática de literatura hispanoamericana en Kenyon College, Estados Unidos.

Víctor Rodríguez Núñez (La Habana, Cuba, 1955) es poeta, periodista, ensayista, traductor y catedrático. Ha publicado diecisiete libros de poesía, casi todos premiados y reeditados, siendo los más recientes despegue (Premio Fundación Loewe, 2016), el cuaderno de la rata almizclera (2017), enseguida [o la gota de sangre en el nivel] (2018) y la luna según masao vicente (2021). Han aparecido libros o antologías de su obra en doce países de lengua española, y en traducción al alemán, árabe, chino, coreano, francés, hebreo, inglés, italiano, macedonio, neerlandés, portugués, serbio, sueco, turco y vietnamita. Durante la década de 1980 fue redactor y jefe de redacción de la influyente revista cultural cubana El Caimán Barbudo. Compiló tres antologías que definieron a su generación, así como La poesía del siglo XX en Cuba (2011). Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin, es catedrático de esa especialidad en Kenyon College, Estados Unidos.

Antonio Gamoneda con la traductora Katherine M. Hedeen, autora también del prólogo de ‘Book of the cold’. Fotografía: Sonia Riaño / Tula Varona.

Antonio Gamoneda con la traductora Katherine M. Hedeen, autora también del prólogo de ‘Book of the cold’. Fotografía: Sonia Riaño / Tula Varona.

Vindicación de Gamoneda / «Por donde pasa la poesía» (2011)

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Por CRISTINA FANJUL
(Artículo publicado en Diario de León, el 22 de febrero de 2012)

«Alguno de los autores que en España se consideran de gran valía no tienen apenas prestigio en América, como es el caso de Antonio Gamoneda, que escribe poesía de un simplismo, artificio a medias y de juegos verbales sin deslumbramiento que han acabado por quitarle lectores». Estas palabras, pronunciadas el año pasado (2011) por el poeta Alí Calderón son en parte culpables del libro Por donde pasa la poesía, que el viernes (2012) se presenta en Matadero Madrid. La obra, editada por Baile del Sol, cuenta con la participación de setenta autores, entre ellos los leoneses Rafael Saravia, Lourdes de Abajo, Ildefonso Rodríguez, Eloísa Otero y Juan Carlos Mestre, y está capitaneado por José Luis Sampedro, autor del prólogo.

Como una revisitación del enfrentamiento que en los años cuarenta surgió entre los defensores de la poesía arraigada —Leopoldo Panero, Rosales, Vivancos o José García Nieto— y la desarraigada, que encontró su máxima expresión en Victoriano Crémer, Celaya o Blas de Otero, así las palabras del poeta mexicano encendieron las llamas de una guerra poética soterrada.

Sin etiquetas. En un lado están los integrantes de la antología Poesía contra la incertidumbre que, según los autores participantes, nace de la necesidad de analizar críticamente la poesía actual y de hacerla accesible a todos los públicos. En el manifiesto de la misma podía leerse: «Los jóvenes poetas actuales se han adscrito a una tendencia tan experimental como oscura que no puede entender nadie. Sucede de igual manera en España que en Hispanoamérica. Los discursos fragmentarios, el irracionalismo como dogma y el abuso del artificio han supuesto la ruina de la poesía. Ha sido el derroche que ha llevado a la crisis poética actual, en la que la poesía está considerada como un género difícil, que no se entiende y que sólo leen los poetas entre ellos. Nosotros creemos que lo que sucede es que el poeta no ha hecho bien su trabajo».

En el otro, Por donde pasa la poesíase posicionan quienes se declaran en defensa de la pluralidad poética y de la convivencia de todas las expresiones líricas. En el manifiesto se hace una defensa cerrada de la libertad literaria y se denuncia la actitud de cuantos se apropian y se encierran en ciudadelas poéticas excluyentes: «Las tentativas de encerrar el lenguaje literario dentro de límites inamovibles han dado como resultado estructuras cerradas de pensamiento que trabajan en contra de la propia y esencial condición de la palabra», destacan. Asimismo, aseguran que el intento de limitar las distintas voces poéticas es una manera de agredir el legado recibido. «Ha costado mucho desterrar de nuestro campo literario el cainismo y la exclusión. No vamos a consentir ahora que vuelvan a reproducirse estrategias envenenadas similares».

Setenta poetas. Pero Por donde pasa la poesía es mucho más. A través de los versos de setenta poetas, de los cuales se recogen distintas piezas, se agrupan más de trescientas páginas de buenos poemas. La obra empezó a fraguarse en la Librería Primado de Valencia, una librería de barrio que, como destaca el poeta Arturo Borra, se ha convertido en los últimos años en un «punto de encrucijada». Los artífices del libro añaden que este libro coral es «imagen de un tiempo de comunidad entre poetas y lectores, entre vecinos de barrio y escritores, cuyo hilo es el disenso y la pluralidad, eso sí, de signo anticapitalista, antineoliberal, antifascista, antidogmático».

Dice Víktor Gómez, uno de los poetas participantes, que el libro acoge en igualdad de condiciones a autores inéditos, autores y a los consagrados, en una obra que trata de zafarse de la orientación industrial actual, presidida por la insignificancia y la banalidad, «lo apolítico o, lo que aún es peor, lo político-domesticado, lo político-usurpado».

El libro incluye además un cedé con versiones de Lucho Roa de varios de los poemas recogidos en la antología, como las piezas de Lucia Boscá, Antonio Méndez Rubio, Antonio Martínez i Ferrer o Mar Benegas.

«Amor Agrario. Paisajes para la esperanza» (Gordoncillo, 2023), un libro conmemorativo de Antonio Gamoneda

Marcapáginas y cubierta de ‘Amor Agrario’, de Antonio Gamoneda.

Ficha del libro:

AMOR AGRARIO. Paisajes para la esperanza, de Antonio Gamoneda.
Edita: Ayuntamiento de Gordoncillo.
Edición conmemorativa del Premio Semilla de Oro 2023.
DL: LE 235-2023

Primer poema del libro de Antonio Gamoneda «Amor Agrario’.

4-VI-2023 / Homenaje a Gamoneda en el MIHACALE de Gordoncillo / Reportaje fotográfico de Rocío Cuevas

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE

©Reportaje fotográfico: ROCÍO CUEVAS / MIHACALE.

El domingo 4 de junio de 2023 se celebró un homenaje a Antonio Gamoneda, cinco días después de que este cumpliera 92 años. A las 12’30 horas, en el MIHACALE de Gordoncillo, se inauguró  la exposición “Arte en torno a Antonio Gamoneda”, con obras de la colección personal del poeta y comisariada por Luis García, director del Departamento de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura (ILC), que está preparando un catálogo sobre la muestra.

A continuación, en el Auditorio del museo, Gamoneda recibió el PREMIO SEMILLA DE ORO y el profesor José Enrique Martínez pronunció una especie de clase magistral sobre su trayectoria literaria. Ya a mediodía, en las instalaciones de la Bodega, se presentó la Botella Conmemorativa de Bodegas Gordonzello, en una serie dedicada a los escritores leoneses. Además de la silueta y la firma, ambas doradas, las etiquetas reproducen estos versos de Gamoneda: “Pero el vino llegó; por la garganta / bajó como un torrente de amapolas. / El vino era como un dios que canta / sobre el abismo de las caracolas”.

El Ayuntamiento de Gordoncillo, además, editó para la ocasión un pequeño con textos del homenajeado titulado Amor Agrario. Paisajes para la esperanza, un marcapáginas y una libreta en blanco, objetos que se regalaron a los más de cien invitados al almuerzo.

Al final, la cantante Cova Villegas interpretó para Gamoneda algunas canciones asturianas aprendidas de su abuelo, acompañada al clarinete bajo por su marido, el poeta y músico Ildefonso Rodríguez. El acto finalizó con una impresión de las manos de Gamoneda en una sustancia parecida al barro, que llevó a cabo el artista Alejandro Sáenz de Miera.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

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Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

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Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

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Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.

Homenaje a Gamoneda en Gordoncillo (4-6-2023). ©Fotografía: Rocío Cuevas / MIHACALE.