En esta fotografía tomada en 2007, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, junto a la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, y el poeta Antonio Gamoneda, Premio Cervantes 2006, participan en los actos de la campaña «con-vive-con libros», en la sede del Ministerio de Educación.
— — —
[El 30 de abril de 2007, el diario El Mundo publicó esta carta de homenaje a Gamoneda escrita por el entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, admirador confeso de Antonio Gamoneda y en concreto de su poema ‘Ferrocarril de Matallana’:]
Carta abierta a Antonio Gamoneda
Por JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO
Éste es un tren de campesinos viejos
y de mineros jóvenes. Aquí
hay algo desconocido.
Si supiésemos qué, algunos de
[nosotros
sentiríamos vergüenza, y otros
[esperanza.
He dicho, Poeta, que ‘Ferrocarril de Matallana’ es el mejor poema que he leído. Elijo, lo que, en este caso, es tan difícil como escribirte, en poco menos de dos folios, todo lo que quiero compartir contigo y con toda la ciudadanía leonesa en esta hora de inmensa alegría en la que, ya para siempre en la historia de los grandes acontecimientos culturales, eres Premio Cervantes, nuestro Premio Cervantes. Me gustaría que nuestros paisanos sintieran que estaban allí, acompañándote el día 23 de abril, en Alcalá de Henares, la casa familiar del inmortal autor del Quijote, oyéndote hablar de la pobreza como raíz, como entraña de la Poesía. La Pobreza tiene mucho que ver con el Amor y con la Solidaridad, así nos lo han enseñado filósofos y poetas; así, querido Antonio Gamoneda, nos lo ha enseñado a sentir, con convencimiento, nuestra tierra. Retomo estos versos de ‘Ferrocarril de Matallana’ y me dirijo a ti desde mi condición de presidente del Gobierno de España, agradeciéndote la coherencia moral, la valentía, y afianzando el cariño y la admiración que te tengo.
Es cierto que ‘en este tren’ de la vida conviven campesinos viejos, mineros jóvenes, personas que arriesgan su presente por un futuro de incertidumbre pero que, en tal sueño, ven una breve luz (¿tu ‘última flor ante el abismo’?); también están los hombres y las mujeres que, incluso, ignoran que tienen derecho a esa luz. Lo decías en el discurso del Premio Cervantes: la penuria tiene múltiples caras; por eso es tan necesaria la Poesía, para mostrar que la esperanza emanada de la posibilidad humana de imaginar y actuar, alumbra allí donde la miseria, en todas sus facetas, quiere imponerse como único destino.
La Poesía es un faro porque su cuerpo está constituido de la materia del sueño de la esperanza. Y ese sueño, déjame que me valga de tus afortunadas palabras, es tan ‘increíble’ como ‘cierto’.
Siempre dices, con la carga de profundidad simbólica y humana que te caracteriza, que aprendiste a leer en el único libro que había en tu casa, el libro cuyo autor, tu padre, era también Antonio Gamoneda. Lectura desde la orfandad, Antonio, que acabó siendo una cruenta experiencia social más allá de ti, en la que saberte un hombre huérfano de esperanza en tu ciudad, en tu país, en tu universo, hizo que despertaras —ésas son las lecciones impagables de los padres y de los maestros— al convencimiento de que la injusticia sólo trae dolor innecesario, tristezas y humillación.
Aprender a leer guiado por el mapa que trazan las palabras poéticas es estar aceptando un punto de vista en la existencia que exige tanta responsabilidad como empeño. Yo aprendí de ti, Maestro Gamoneda, que con el tren se aleja algo que es cierto aunque no puede ser pensado; es algo mío y no me pertenece. Está dentro y fuera de mi corazón: se llama Justicia, se llama Solidaridad. Se llama Verdad que, para hallarse, debe comenzar porque la mentira, que aleja a los seres humanos de la libertad y los hace temerosos, sea descrita.
Creo que el mejor modo de darte las gracias por tanta sabiduría como has ido dejando en tus libros, como has de seguir dejando mucho tiempo, es leerte, es invitar a que te lean. Ahora que, además, se da la circunstancia entrañable de que el poeta Antonio Gamoneda es ya, para el mundo, Premio Cervantes desde León: León universal, como nuestro Poeta.