Antonio Gamoneda

«La sobremesa» (2016), una foto de Vega

La sobremesa. ©Fotografía de José Ramón Vega.

«La sobremesa».  Esta imagen está tomada del muro de FB del fotógrafo leonés José Ramón Vega, y lleva, además de su firma, la fecha de  10 de enero de 2016. En ella aparecen los asiduos a una tertulia que se solía celebrar los sábados en León, y que reunía a amigos, en su mayoría pintores y escritores, algunos ya desaparecidos.

De izquierda a derecha: Amancio González Andrés, Luis Artigue, Ángeles Robles, (¿?),el Dr. José Cosamalón, Modesto Llamas Gil, Luis García Zurdo, José de León, Héctor Escobar, Gustavo Vega; sentados: Janick Le Men, Alejandro Vargas, Antonio Gamoneda, Pablo de la Varga.

Lorca, Pixán y Gamoneda / 19 de marzo de 2025 / Teatro Filarmónica (Oviedo)

Antonio Gamoneda durante la grabación de un poema de Lorca, con el técnico de sonido Pablo Vega (RuidoStudios). Foto: E. Otero.

El Teatro Filarmónica de Oviedo acogerá, el miércoles 19 de marzo de 2025, ‘La Escondida Luz viene a la Música’, un recital de canciones de poesía lorquiana a cargo del tenor asturiano Joaquín Pixán, en el que Antonio Gamoneda recita algunos fragmentos del Romancero gitano grabados previamente.

La Escondida Luz viene a la Música’ es el título de un recital de canciones de poesía lorquiana que correrá a cargo del tenor Joaquín Pixán, y que “se enmarca en los actos del Día Mundial de la Poesía (el 21 de marzo), un proyecto en el que se pone música a la obra de Lorca y con una figura también muy relevante que es Antonio Gamoneda,  figura imprescindible dentro de la literatura española, que pondrá voz a algunos fragmentos del Romancero gitano. También participarán Lucía Alonso (voz y recitado), Rafael Andújar (guitarra y arreglos) y Eva Kerloc’h (piano).

En este recital Joaquín Pixán se adentra en el universo lorquiano con la creación de una serie de nuevas canciones de concierto basadas en textos de Federico García Lorca a partir de una selección de poemas y fragmentos teatrales de Lorca realizada por Antonio Gamoneda en su libro “La escondida luz”, publicado con motivo del 80 aniversario de la muerte de Federico. El poeta ovetense se unirá virtualmente al concierto recitando algunos fragmentos, en concreto del Romancero gitano. Además, el recital ofrecerá varios temas de la “Colección de Canciones Populares Españolas” armonizadas para voz y piano por Lorca, un poeta del que, curiosamente, no se conserva ninguna grabación de su voz.

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Un artículo de Alberto Pérez Ruiz, ex presidente de la Diputación de León, sobre Gamoneda y la institución provincial (2007)

[Este artículo de opinión se publicó en el periódico semanal Gente de León dividido en tres columnas sucesivas (con el título de «Apuntes de un peatón»), aparecidas entre el 30 de noviembre y el 14 de diciembre de 2007. Lo firma Alberto Pérez Ruiz (Logroño, 1935 – León, 2014), quien fue sacerdote (luego secularizado), profesor de matemáticas (en 1977 llegó a Catedrático de la asignatura en el instituto de Valencia de Don Juan) y, más tarde, alcalde de Valencia de Don Juan por el PSOE (de 1979 a 1995) y presidente de la Diputación de León (de 1984 a 1991).]

ANTONIO GAMONEDA
(1, 2 y 3)

Por ALBERTO PÉREZ RUIZ

El pasado día 22 de noviembre, en el Ayuntamiento de León, se nombró Hijo Adoptivo de la ciudad al insigne poeta Antonio Gamoneda en un acto del que se pude pensar que se ha dicho y escrito todo pero que presenta dos aspectos que merecen ser comentados en ésta y en alguna otra columna posterior.

El primero es que fue algo distinto y original, y no sólo en el aspecto formal en que la música jugó un gran papel central incluyendo una emotiva versión del himno de León. La acertada introducción de la concejala responsable de la ceremonia y el discurso del alcalde ilustrado con la reproducción sonora de la voz del poeta grabada en el año 1979 fueron un digno preludio para las palabras del homenajeado, nada convencionales sino muy espontáneas, sentidas y duras en su crítica a una sociedad que ha tardado tantos años en ver en una lápida una toma de postura distinta de la oficial sobre el cruel enfrentamiento que nos dividió a los españoles hace tres cuartos de siglo y cuyos recuerdos quedaron grabados en su memoria en los años de su infancia vividos en el barrio del Crucero.

Quería también decir que los motivos que tenía el Ayuntamiento para saldar en nombre de la ciudad la deuda que tenía con tan ilustre personaje, los tiene en mayor medida si cabe la Diputación provincial a cuyo servicio estuvo durante más de veinticinco años en unas condiciones manifiestamente injustas aunque esa situación de injusticia fuese producida principal y paradójicamente por causa de la «Justicia». No sé si estaré equivocado al pensar que la Diputación debería haber estado más presente en el emotivo acto del Ayuntamiento. Se habló en su día de un homenaje e incluso se daba la fecha de la fiesta conmemorativa de la Constitución que anualmente se celebra en el Palacio de los Guzmanes. Sea en esa o en otra ocasión, creo que también la provincia debe un reconocimiento público a quien está llevando el nombre de León por todos los países de habla española y que además, a pesar de las circunstancias nada favorables que le tocó vivir en ella, tanto y con tanta eficacia trabajó en el seno de la Institución leonesa más representativa.

(2)

En la columna anterior aludíamos a algunas cuestiones relacionadas con el homenaje que el Ayuntamiento de León dedicó el día 22 de noviembre al premio Cervantes de 2006 y que consistió en el nombramiento de hijo adoptivo de León. Creo que hubo dos alusiones que pudieron dejar intrigado al lector porque quedaron insinuadas pero no suficientemente aclaradas. Una se refería al trabajo de Antonio Gamoneda en la Diputación provincial. Decíamos textualmente que allí «estuvo durante más de veinticinco años en unas condiciones manifiestamente injustas aunque esa situación de injusticia fuese producida principal y paradójicamente por causa de la Justicia». El que hoy es una figura de las Letras cuya valía es internacionalmente reconocida, fue contratado por la Diputación provincial allá por el año 1970 y designado después para ocupar la más alta responsabilidad en los Servicios Culturales de la Institución. Una impugnación judicial interpuesta por otra persona que se consideraba con más derecho para ocupar la plaza por tener mejor titulación académica, privó a Gamoneda de la misma y fuimos cuatro los presidentes que intentamos, sin el deseado éxito, resolver una situación que para todos era injusta menos para los que tuvieron la responsabilidad de decir la última palabra, llegándose a la contradicción de que los trabajos más importantes le eran encargados al único en cuya capacidad confiábamos sin que ésta capacidad se correspondiese ni remotamente con el puesto administrativo que ocupaba y tampoco, claro está, con las retribuciones que recibía.

Y esta situación, por muchos esfuerzos que hicimos por resolverla, solamente se pudo paliar en parte dado el cúmulo de dificultades que se interponían y a causa también del elemental respeto que entonces se tenía a la hora de cumplir la normativa legal, respeto que parece haber disminuido o casi ya desaparecido.

Pienso que lo dicho habrá sido suficiente para que el lector haya entendido la deuda de la Diputación a la que nos referíamos la semana pasada.

El otro tema queda para la próxima semana.

(y 3)

Quedaba por aclarar otro de los aspectos que pudieron dejar un poco intrigados a los lectores de la primera columna que dedicamos a Antonio Gamoneda hace dos semanas. Nos estamos refiriendo a la alusión que hacíamos a la lápida que el Ayuntamiento ha colocado en la casa donde pasó los años de su infancia. Transcribimos a continuación el texto de la misma ampliado con el párrafo que se omitió para no alargar en exceso la inscripción. La parte de texto omitida aparee en cursiva y todo él es un fragmento de la obra LÁPIDAS editada en 1986: «Sucedían cuerdas de prisioneros; hombres cargados de silencio y mantas. En aquel lado del Bernesga los contemplaban con amistad y miedo. Una mujer, agotada y hermosa, se acercaba con un serillo de naranjas; cada vez, la última naranja le quemaba las manos: siempre había más presos que naranjas.

Cruzaban bajo mis balcones y yo bajaba hasta los hierros cuyo frío no cesará en mi rostro. En largas cintas, eran llevados a los puentes y ellos sentían la humedad del río antes de entrar en la tiniebla de San Marcos, en los tristes depósitos de mi ciudad avergonzada».

Nunca he entendido por qué cuando se habla de estos temas en seguida se agita el fantasma del temor a «reabrir heridas». No se trata de eso aunque también a veces las heridas deben reabrirse para ser curadas. Se trata del legítimo derecho que tenemos todos los españoles de conocer nuestra historia y aprender de ella. No se entiende por qué puede haber miles de lápidas por un lado y se tenga que tardar setenta años para colocar una diferente y eso amparados en la autoridad de un hombre de prestigio internacional.

Y además es evidente que en ninguna de esas lápidas que han llenado o llenan todavía las fachadas de las iglesias y las plazas de nuestros pueblos se puede percibir la belleza, la emoción, la ternura y el respeto a la vez dolorido y crítico que respira la lápida dedicada a Antonio Gamoneda, escrita con sus propios versos, y colocada desde el pasado día 22 en la casa donde vivió aquellos años tan vivos en su memoria.

Gamoneda y su esposa, María Ángeles Lanza, bajo la placa en la casa de la calle Dr. Fleming (León). Foto: Jesús / Diario de León.

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*NOTA desde Faro Gamoneda:

Cuatro días después de que Antonio Gamoneda recogiera el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares, el pleno de la Diputación de León aprobó por unanimidad (el 25 de abril de 2007) la concesión de la Medalla de Oro de la Provincia al poeta, tanto por su aportación al desarrollo de la vida cultural leonesa, como por su obra literaria. En la moción, firmada por el entonces presidente de la Diputación provincial, Javier García Prieto (PP), se justificó esta iniciativa en la aportación del poeta «al desarrollo de la vida cultural leonesa a lo largo de su vida laboral en la Diputación de León y en otras instituciones».

Tres meses después, en julio de 2007, llegó a la presidencia de la Diputación provincial Isabel Carrasco. La entrega de la Medalla de Oro se demoró, inexplicablemente, todavía quince meses más, hasta que el poeta la recibió un 31 de octubre de 2008, un año y medio después de que la institución hubiese aprobado su concesión.

«Poetas con Valente» (2010)

POETAS CON VALENTE

Universidade de Santiago de Compostela. Servizo de Publicacións e Intercambio Científico. Publicaciones de la Cátedra «José Ángel Valente» de Poesía y Estética, 2010.

Autores:

Luz Pozo Garza
Antonio Gamoneda
Pere Gimferrer
Claudio Rodríguez Fer
Olga Novo
Tera Blanco de Saracho

BilbaoPoesía / Gamoneda rinde homenaje a Blas de Otero

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Mirada retrospectiva / IV Congreso Internacional de la Lengua (2003)

En noviembre de 2003 se celebró en Valladolid el IV Congreso Internacional de la Lengua, en cuya mesa redonda de inauguración participaron los poetas Pablo García Baena, Antonio Pereira, Luisa Castro, Antonio Gamoneda y Clara Janés.

La página de ABC Castilla y León del 13/11/2003 que reproducimos, y que lleva la firma de la periodista Ana Belén Hernández, da cuenta de lo que allí se trató…

25 mayo 2023 / «PEREIRA CUENTA…» / Gamoneda, en el homenaje a Antonio Pereira en la Biblioteca Nacional de España

Bajo el título de Pereira cuenta…, la Biblioteca Nacional de España, Acción Cultural Española y la Fundación Antonio Pereira de la Universidad de León rendirán homenaje este jueves 25 de mayo, a partir de las 19 horas, al poeta y narrador universal Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo 1923 – León 2009) en el centenario de su nacimiento.

El acto se dividirá en dos partes. En primer lugar, el Premio Cervantes y amigo personal de Pereira, Antonio Gamoneda, el escritor Julio Llamazares, la directora de la editorial Siruela Ofelia Grande, el presidente de la Fundación Pereira Joaquín Otero y el Premio Nacional de Poesía Juan Carlos Mestre presentarán los dos volúmenes recopilatorios de la poesía y del relato breve de Antonio Pereira con los títulos de Todos los Poemas y Todos los Cuentos.

A continuación, tendrá lugar un recital poético-narrativo-musical sobre la vida y obra de Pereira, contado en primera persona con la voz de Juan Carlos Mestre y la música del acordeonista Cuco Pérez, donde el humor, la ironía, la semblanza y la nostalgia se entrelazan de un modo original y singular. Desde primeros versos de niño precoz, sus primeros poemas publicados, la ferretería de su padre, la admirada tierra lusitana, la memoria de Jean Moulin, hasta la fascinación por su mujer Úrsula Rodríguez y el anticipo, en verso, de su centenario.

Sobre el homenaje a Antonio Pereira en León / Crónica de Rafa Gallego, en la SER

Homenaje a Pereira en el Salón de los Reyes del Ayuntamiento de León, el 12 de mayo de 2023.

Reproducimos un fragmento del artículo de opinión de Rafa Gallego, en la SER, sobre el Homenaje a Antonio Pereira que tuvo lugar el 12 de mayo de 2023 en un Salón de los Reyes del Ayuntamiento de León abarrotado:

(…) El viernes pasado estuvimos en lo de Antonio Pereira. Me detengo en este acto entre los muchos que hubo porque no me dan los tres minutos para un repaso general y porque Pereira es un genio de mi devoción y porque en la última fila estaban los gigantes que luchan contra los molinos de viento y se sentaba la literatura y miraba desde su esbelta figura con el móvil las fotos de una mesa colocada a pie de público, en ausencia de estrado o con estrado mínimo que no permitía ver a quienes hablaban y nos obligaba a ser escuchantes antes que espectadores. Luego se levantó Mestre y lo vimos, claro, pero eso fue luego. De entrada, Joaquín Otero estuvo con su mejor voz radiofónica situando el acontecimiento en su justa medida, con la dosis correcta de humor y de simpatía, con el toque de inteligencia distinguida que hacía falta. Gamoneda nos arropó en su metafísica y nos llevó por los caminos fundamentales de la palabra. Para entonces ya nos habíamos dejado abrazar por la devoción del acto y asentíamos en la implacable destrucción de la línea divisoria que algunos —nadie sabe quiénes, ni dónde, ni cuándo, ni cómo, ni por qué— hubieran querido levantar para separar la poesía del relato. Y Joaquín Otero dijo que venían Cuco Pérez y Juan Carlos Mestre a hacer algo que, al parecer, nadie sabía qué era. (…)

Antonio Pereira y Antonio Gamoneda

(…) Pereira, que se recordaba de niño leyendo en la trastienda de la imprenta de su tío Tomás en Villafranca libros de José María Vargas Vila hasta que “se cruzó” por el camino Ramón María del Valle-Inclán y su Sonata de otoño, se asentó de joven en León, donde conoció a otro poeta. “Él era un joven escritor y yo aspiraba a serlo”, cuenta Antonio Gamoneda. Para las precariedades de la posguerra española, Pereira podía disfrutar de una “vida privilegiada” como “hombre de negocios” asentado al principio en el Hotel Regina, cuenta Gamoneda al recrear paseos hasta el final de Ordoño II compartidos también con el sacerdote Antonio González de Lama. “Fue un hombre, sobre todo, con una capacidad de comprensión interpersonal extraordinaria; y con matices irónicos, propios de las personas del Bierzo”, valora.

Pereira y Gamoneda estaban en la órbita, aunque “no en el cuerpo central”, de la célebre revista Espadaña. Sus encuentros “solían comenzar o terminar” en el Restaurante Los Candiles, donde pedían un par de raciones. Nacido el primero en el Bierzo y el segundo en Asturias, compartían algunas cosas (la condición de poetas y de leoneses de residencia), si bien Pereira “hacía sus contactos literarios en Madrid” y Gamoneda era “un chico malo provinciano”. No obstante, siempre hubo cercanía, basada muchas veces en “consultas recíprocas” que iban de lo literario o lo médico-farmacéutico. “Me llamó un día cerca de las doce de la noche. Y nos vimos en la cafetería del Conde Luna. Ya no recuerdo si era por un fármaco para la depresión o por un gerundio”, ilustra Gamoneda.(…)

  • «Retrato de Antonio Pereira: cien años del maestro del cuento con alma de poeta que elevó a arte la narración oral», por César Fernández, en ileon.eldiario.es

En conversación con el pintor asturiano Bernardo Sanjurjo

Exposición Estampa y Palabra, de Bernardo Sanjurjo.

Oportunidad poética: «Estampa y palabra» de Bernardo Sanjurjo

Por MARTA GARCÍA-SAMPEDRO
La Voz de Asturias 16/04/2021

Durante las últimas semanas hemos tenido la oportunidad de admirar en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo una conversación excepcional entre obra plástica y poemas, entre el «enigma gráfico» del pintor Bernardo Sanjurjo y la inspiración que sus serigrafías generan en los poetas Antonio Gamoneda, Miguel Ullán, Olvido García Valdés, Marcos Canteli, Eduardo Milán, Ricardo Menéndez Salmon y Xuan Bello. Un diálogo entre lo poético y lo pictórico.

No se trata de buscar la ilustración del poema, ejercicio que el observador inicialmente trataría de realizar, pues tenemos el hábito adquirido por antologías de poemas que reciben el apoyo de una imagen. El planteamiento de Estampa y Palabra es el diametralmente inverso. La obra plástica es la que induce el poema, transitando así del «enigma gráfico» al «enigma escrito», del estímulo plástico al poema que conmueve.

Gamoneda abre el documental «Paredes de azúcar», del artista leonés Jonathan Notario

El artista leonés Jonathan Notario ha finalizado su documental (audiovisual de animación) «Paredes de azúcar» —proyecto que obtuvo una beca de creación artística de la Fundación Villalar—, con el que busca rescatar una memoria emocional de la antigua Azucarera Santa Elvira (ubicada en la avenida Doctor Fléming, a las afueras de León capital). Y ya se puede ver un trailer, que arranca con la imagen del poeta Antonio Gamoneda leyendo un fragmento de sus memorias…

Para este documental, además de aportar su trabajo plástico (fantásticas maquetas, fotos tratadas, recortables…), Notario ha recopilado testimonios y recuerdos de la vieja Azucarera Santa Elvira —de la que apenas queda en pie su esqueleto arquitectónico— vividos y narrados por sus protagonistas. Uno de ellos es el poeta Antonio Gamoneda, quien desde pequeño vivió muchos años en el barrio leonés del Crucero, y en el arranque de este documental lee un fragmento de su primer libro de memorias, «Un armario lleno de sombra», en el que recuerda a los «boyeros parameses» que pasaban con sus carros repletos de remolacha bajo los balcones de su casa —esos balcones desde los que el niño Gamoneda también veía pasar las «cuerdas de prisioneros»— rumbo a la Azucarera, y cómo los muchachos del barrio se las ingeniaban para, en aquella época de hambre, hacerse con algún tubérculo.

«La remolacha se troceaba y hervía hasta obtener un líquido espeso y oscuro que se añadía, con resultado repugnante, a lo poco que había que endulzar; con frecuencia, se constituía en la ‘mermelada’ que enriquecía alguna excepcional rebanada de pan», se puede leer en la página 162 de «Un armario lleno de sombra» (Galaxia Gutenberg, 2009).

De momento, Jonathan Notario ha hecho público en Vimeo y en sus redes sociales un trailer del documental que esperaba poder presentar al público esta primavera, acompañado por una exposición con sus maquetas y todo el material plástico elaborado para realizarlo, algo que deberá posponerse por las medidas tomadas ante la pandemia provocada por el coronavirus (Covid-19).

Enlaces relacionados:

Dos fotos de Gamoneda, con pipa, en los años 80

Dos fotos de Antonio Gamoneda pertenecientes al archivo de la familia Quindós Martín-Granizo. «Creemos que pueden ser de 1987, cuando se celebró el décimo aniversario de la galería de arte Maese Nicolás con una exposición colectiva a la que vinieron muchos artistas», señala Gabriel, uno de los hijos del matrimonio formado por Sira Martín-Granizo y Jaime Quindós. La foto está tomada en las escaleras del Hotel Quindós, en León.

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Gamoneda, tras ser galardonado con el Cervantes 2006: «Mi pasión está en la hoja en blanco»

Antonio Gamoneda, acompañado de su hija Amelia, atiende a los medios en la Biblioteca de la Fundación Sierra Pambley, en León, el 2 de diciembre de 2006.

[Recuperamos la transcripción íntegra, en forma de preguntas y respuestas, de la insólita y multitudinaria «rueda de prensa» que Antonio Gamoneda ofreció en León, el 2 de diciembre de 2006, tras conocerse que había sido galardonado con el Premio Cervantes 2006]

ANTONIO GAMONEDA:

“Mi pasión no son los premios, ni siquiera las críticas, aunque sean muy elogiosas. Mi pasión está en la hoja en blanco”

Por ELOÍSA OTERO

Un poco agobiado por la avalancha mediática que se le venía encima, a su regreso a León, tras ser galardonado con el Premio Cervantes justo el mismo día (30 de noviembre de 2006) en que recogía en Madrid el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el poeta Antonio Gamoneda recurrió a un ardid: convocar un encuentro con todos los periodistas interesados y resolver de un plumazo las numerosas peticiones de entrevistas y declaraciones para los distintos medios de prensa, radio, televisión e internet. La insólita y multitudinaria “rueda de prensa” tuvo lugar el sábado, 2 de diciembre, a las 12 de la mañana, en la vieja y entrañable Biblioteca de Azcárate (Fundación Sierra Pambley), un lugar que para el poeta era como su segunda casa.

Allí, acompañado de su hija Amelia –coautora, junto con Fernando R. de la Flor, de la edición de la antología ‘Sílabas Negras’ que acaba de publicar la Universidad de Salamanca, con motivo del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana–, Antonio Gamoneda respondió a todas las preguntas que se le plantearon, sin eludir ningún tema.

Ésta es la transcripción, íntegra, del encuentro entre los periodistas y el poeta leonés:

Hay quien dice que ya era hora de que se reconociera la labor de un poeta con el Premio Cervantes…
Bueno, hay varios poetas españoles con el Cervantes, yo creo que son tres. No, no, son más, quizá cinco… Pero esa nómina de españoles y de iberoamericanos a mí me parece que me sobrepasa. Es decir, que este premio me pone en una altura un poco vertiginosa, vaya.

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Sesión de fotos con Mar Astiárraga

Antonio Gamoneda, en su estudio (León, noviembre 2019). Fotografía: Mar Astiárraga.

Le preguntamos a Mar Astiárraga que cómo describiría la sesión de fotos con Antonio Gamoneda para la entrevista con César Iglesias que se publicaría en (haz un click:) El Cuaderno…. Y esto nos contestó Mar (añadiendo una fotografía inédita de la misma sesión, la que aparece sobre estas líneas):

«Este retrato forma parte de unas fotografías que hice a Gamoneda en su casa el pasado noviembre. Julio César Iglesias me había encargado anteriormente otras de Tomás Sánchez Santiago e insistió en que hiciera estas, aunque le dije que yo no soy fotógrafa y que era mejor que buscase a un profesional.

Quedé con César el día en que él grabaría la entrevista para El Cuaderno Digital. Cuando subimos al estudio, Gamoneda estaba liando un cigarrillo. Yo no había contado con eso. Tengo muchos problemas con el humo, pero como estaba algo cohibida no me atreví a decir nada al respecto y decidí hacer las fotos lo más pronto posible para poder irme.

Mientras ellos charlaban, antes de la grabación de la entrevista, tomé un montón de fotografías sin ningún tipo de posado. (Sin trípode y sin flash, porque me gusta hacerlas de esa forma.) Antonio comentó que estaba muy a gusto así, y di por supuesto que no tenía pensado cambiarse de ropa ni nada por el estilo. Él hablaba, fumaba, se movía… y yo disparaba la cámara, sin más.

La mayor parte de las fotos están tomadas con él sentado y fumando durante la conversación, y sólo hice tres o cuatro en las que aparece de pie junto a la ventana, y eso porque César insistió en ello. (Cuando iba a empezar la entrevista y César sacó la grabadora, me despedí y me fui.)

Para mí fue todo un privilegio fotografiarle mientras escuchaba sus palabras. (Lo pasé bien. Y me gustó escuchar lo que decían.)»

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Nueve autores y un raro ejemplar de ginkgo biloba en ‘O Xardín das Pedras que Falan’

Aspecto de las «pedras que falan» en el Jardín de Fonseca (Compostela).

Un espectacular ginkgo biloba que lleva más de 130 años plantado en el jardín de Fonseca, rebautizado hace unos años como O Xardín das Pedras que Falan (leer la noticia entera AQUÍ), comparte protagonismo con las piedras que lucen frases y versos de varios escritores. Porque ya son nueve los autores recordados en el Xardín das Pedras que Falan. Ellos y ellas son: Marta Pessarrodona, Kerstin Hensel, Zéno Bianu, Bernardo Atxaga, Ramón María del Valle-Inclán, Rosalía de Castro, Seamus Heaney, Antonio Gamoneda y Luz Pozo Garza. El espacio se inauguró en mayo de 2018 y sobre sus piedras ya hay versos en gallego, catalán, euskera, castellano, francés e inglés.

Los versos de Gamoneda en la piedra.

Rosalía de Castro fue la autora elegida para la primera piedra —en la que se puede leer: «Dende aquí vexo un camiño / que non sei a donde vai / polo mismo que n’o sei / quixera o poder andar»—. Y Antonio Gamoneda fue el cuarto escritor que dejó sus versos grabados en otra piedra de granito: «Es la ultima luz. Aún percibo como un perfume la existencia».

Las piedras acabarán formando una gran espiral en el jardín, cuando se terminen de instalar las 40 previstas en total, con textos de otros tantos autores.

Antaño hubo dos ejemplares de ginko biloba en el jardín de Fonseca, aunque hace unos años optaron por cortar uno de ellos, afectado por una enfermedad. / Foto: Nany González González.