* Curiosidades

‘Arden las pérdidas’, de Gamoneda, nº 54 en el canon de Babelia

Solo hay que ver la lista completa, publicada el pasado 15 de octubre de 2022 en el suplemento cultural semanal del diario El País, para darse cuenta de que sobran los comentarios.

  • El nº 1, Tu rostro mañana, de Javier Marías (2002).
  • El último, con el nº 100, Isabel II. Una biografía, de Isabel Burdiel (2010)

Manuel Rico, uno de los cien miembros del jurado del que ha salido ese ‘canon’, ha hecho pública su lista personal en su muro de Facebook:

Gamoneda ante una acción de la CNT en «La noche en blanco» (2010)

En septiembre de 2010, militantes de la CNT de Madrid irrumpieron en un acto público de la Biblioteca Nacional —la Noche en Blanco— para denunciar públicamente las prácticas de «cesión ilegal» de trabajadores y trabajadoras que la Biblioteca Nacional e INDRA han mantenido durante años con total impunidad, y para reivindicar la readmisión de una compañera represaliada y despedida.

El poeta Antonio Gamoneda se sumó a la protesta leyendo un soneto de Miguel Hernández, del libro ‘El rayo que no cesa’. «La poesía de Miguel Hernández está hecha desde el mundo del trabajo y de la pobreza», recordó.

«(…) Os dejamos la intervención de Antonio Gamoneda durante la lectura de poemas en la Noche en Blanco en la Biblioteca Nacional. Desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento al poeta por el apoyo que nos brindó esa noche.» / CNT

«Le poète sauvage à Paris», un relato de Christine Monot (en francés)

Christine Monot.

[Nota de E. O.: La primera parte de este relato de la escritora francesa Christine Monot —inspirado, según nos cuenta, en sendas visitas de Antonio Gamoneda a la ciudad de París— fue escrita en 1992, coincidiendo con la publicación de Libro del frío (1992), mientras que la segunda parte tomó forma ya en el siglo XXI, después de que el poeta astur-leonés recibiera algunos de los más importantes galardones de la literatura nacional e internacional.]

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Le poète sauvage à Paris

Le public peu nombreux se répartissait en deux zones. Certains s’étaient déjà engouffrés dans le petit amphithéâtre obscur où ils se chuchotaient des choses à l’oreille. Ceux de l’autre camp, debout dans le vestibule, surveillaient les allées et venues ou faisaient les cent pas en attendant le poète dans une spirale fébrile. Ils parlaient fort, agitaient leurs mains et fumaient beaucoup.

Le poète apparut enfin descendant les marches, solennel et très élégant, entouré de professeurs d’université et de critiques, tous en costume sombre et cravatés, sauf les deux femmes sobrement vêtues d’une petite robe noire. Dans l’escalier, il paraissait un roi, le roi du vertige, un roi sage et humble. Réellement il avait l’air d’un monsieur, et si ça n’avait pas été le cas, il serait alors une canaille de première, capable des crapuleries les plus basses. Mais le poète n’était pas une crapule ; c’était un homme très timide et il passa sans oser les regarder. Tous pénétrèrent dans la caverne chaude où l’on allait débattre d’un sujet récurrent, un exercice à la fois classique et rafraîchissant : les nouvelles voix de la poésie espagnole.

Dès son entrée, le poète pressentit le piège bleu du salon : il y faisait très chaud. En arrivant à la table, il chercha son nom sur les petits cartons blancs. Une fois qu’il l’eut trouvé, il parut rassuré ; il n’avait pas eu à se pencher excessivement, évitant ainsi d’exposer publiquement la myopie ennemie. On lui avait recommandé le laser inodore et, selon certains, indolore, c’était ce qui l’inquiétait le plus. Un rayon contre la vieillesse, voilà ce que devraient inventer les scientifiques, pensa-t-il, tandis que les autres invités finissaient de s’accommoder sur leurs sièges en s’adaptant comme ils pouvaient aux corps de leurs voisins. En effet, erreur d’appréciation des organisateurs, la table était beaucoup trop petite et les intervenants, sans être obèses, prenaient de la place. Face au public, coude à coude, après un regard à l’assistance, ils se résignèrent à s’asseoir en maugréant. Le poète maudit le spot au-dessus de lui qui le visait tout particulièrement et se rappela qu’il voulait maigrir. Bientôt il mourrait, et il préférerait le faire sans ses kilos en trop. Le visage du poète s’illumina soudain du rouge des poules.

Il fallait se résigner, semblaient dire ses yeux qui maintenant erraient en direction du public avec une attention intense peut-être due à la myopie, mais le regard était sauvage, et la vivacité de ses yeux très rapprochés, le front traversé par un seul sourcil très fourni… un sanglier du Nord… contrastaient avec son habillement ; pourtant, si on avait regardé le fond de ses yeux, on y aurait vu le pantalon de velours de son cœur. Que faisait le poète quand il n’écrivait pas, quand il ne lisait pas ? Comment était sa maison ? Qu’est-ce qu’il aimait manger ? Avait-il des animaux ? Savait-il réparer une prise électrique ? Rien en lui ne laissait présager un quelconque talent manuel. Est-ce qu’il jardinait ?

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«Bilocación de Gamoneda», por Fulgencio Fernández

Bilocación de Gamoneda

POESÍA / Madrid y Albacete acogerán el mismo día y a la misma hora (este martes [21 de junio de 2022], a las siete de la tarde) dos actos literarios en los que el protagonista es el autor leonés Antonio Gamoneda: la presentación del libro ‘Vertigo y luz’ y la del número 100 de la revista Barcarola, un monográfico sobre el poeta.

Por FULGENCIO FERNÁNDEZ
Publicado en La Nueva Crónica de León, el 19 de junio 2022

Es habitual en Antonio Gamoneda que pase de largos silencios a épocas de intensa actividad. El próximo martes vivirá el poeta leonés una curiosa bilocación —pues él no estará en ninguno de los dos escenarios— siendo el protagonista de dos actos literarios, a la misma hora y a muchos kilómetros de distancia. Será concretamente en la Residencia de Estudiantes de Madrid y en el Museo Municipal de Albacete.

En la legendaria residencia de estudiantes se realizará la presentación del libro Vértigo y luz. Sublimidad y sinestesia en el ciclo de senectud de Antonio Gamoneda, de la que es autor Rubén Pujante Corbalán; ensayo que se alzó en 2021 con el XXI Premio Internacional Gerardo Diego de Investigación Literaria. Y en el Museo de Albacete se realizará la presentación del número 100 de la revista Barcarola, que incluye un amplio dosier de más de cien páginas dedicado al poeta leonés y que ha sido coordinado por el autor del ensayo que se presenta en Madrid, Pujante Corbalán.

El autor del libro que se presenta en la Residencia de Estudiantes señala sobre su ensayo que «este libro aborda la escritura de Antonio Gamoneda desde una óptica complementaria a las numerosas aproximaciones que existen sobre el poeta, circunscribiendo el estudio a un corpus que se corresponde con la llamada edad de la vejez o ciclo de senectud. Se parte así de la premisa de que los periodos creativos finales poseen unas características propias y diferenciales con respecto a las edades anteriores, al tiempo que se afianza y acrecienta la estela crítica generada en torno a las obras concebidas desde las postrimerías».

Se muestra convencido Pujante de que el lector encontrará en este ensayo una visión que se articula, en particular, «sobre la idea de una creación entendida como música de la memoria, siendo este enunciado la variante de una de las divisas más reconocibles del autor: que la poesía es un ‘arte de la memoria'».

Y desde esa óptica que apunta el autor del estudio sobre esta etapa creativa y vital de Gamoneda, nacido en 1932, explica Pujante que «se propone la reflexión y análisis exhaustivo de dos mecanismos rítmico-semánticos del lenguaje poético de Gamoneda: de una parte, la fascinante vinculación con la sublimidad y las distintas formas de lo sublime; de otra, la presencia y reiteración de las transposiciones sensoriales o imágenes sinestésicas. Entre los dos rasgos parecen producirse, de hecho, implicaciones que refuerzan la impronta y horizonte estético compartido de esta específica música de la memoria gamonediana».

En el acto de Madrid el autor estará acompañado por Francisco Javier Díez de Revenga.

Centenaria Barcarola

El ‘artífice’ de los dos actos, Rubén Pujante Corbalán, es licenciado en Filología Hispánica y Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria por la Universidad de Murcia. En Francia ha cursado los estudios del Máster 2 ETILA (Études Ibériques et Latino-Américaines), en la Université Rennes 2.

Realizó su tesis doctoral sobre la poesía de Antonio Gamoneda, y también ha publicado numerosas entrevistas y ensayos sobre el Premio Cervantes y el Princesa Sofía de Poesía Iberoamericana, entre otros muchos reconocimientos en los últimos años.

Escritores y periodistas, entre ellos Gamoneda, piden la gestión colectiva de los derechos de autor

Haz un click para leer la noticia entera en La Vanguardia.

La Vanguardia / 30 de mayo 2022

(…) La Asociación Colegial de Escritores de España (ACE) recuerda que desde el pasado mes de diciembre se tramita en el Congreso como proyecto de ley el real decreto en el que se transpone la directiva europea sobre derechos de autor en el mercado único digital, sujeto todavía a la presentación de enmiendas por parte de los grupos parlamentarios.

Los sucesivos aplazamientos, ha indicado ACE, hacen que siga vigente una normativa «en la que no se contempla de facto el derecho de los autores a percibir la compensación económica justa por el uso de sus publicaciones en prensa por parte de las grandes plataformas de la sociedad de la información». (…)

Los autores y periodistas europeos solicitan que el texto legal definitivo garantice sus derechos y les asegure una remuneración justa y equitativa a través de la gestión colectiva obligatoria de sus derechos. (…)

La petición ha sido firmada por más de mil escritores y periodistas españoles, entre ellos el premio Cervantes Antonio Gamoneda, los premios nacionales de las letras españolas y académicos de la RAE José María Merino y Carme Riera, de los premios nacionales de Poesía Antonio Colinas, Juan Carlos Mestre, Ángeles Mora, Olvido García Valdés y Guillermo Carnero; de Narrativa, Luis Landero y Juan José Millás; de Literatura Dramática, Juan Mayorga y Santiago Martín Bermúdez, entre otros muchos.

Una guía de «Zamora» firmada por Gamoneda

Esta guía turística e ilustrada de Zamora, publicada por la ya desaparecida editorial leonesa Everest en 1970 y reeditada al menos en dos ocasiones, que sepamos, en 1987 y 1990, lleva la firma de Antonio Gamoneda.

Las fotografías de la primera edición son de Andrés Arroyo y la realización artística de Carlos J. Taranilla.

La reedición de 1990 no lleva la firma de Gamoneda en portada.

Un soneto original de Gamoneda para la Alhambra de Granada

Publicado en el diario Ideal (edición Granada)

Juan Boscán, uno de los poetas renacentistas menos conocidos a pesar del notorio interés de su obra, es responsable de un hecho esencial que vino a cambiar el modo de hacer versos en España desde el siglo XV: la introducción de una composición poética conformada por catorce versos de arte mayor y rima consonante, normalmente endecasílabos, organizados en dos cuartetos y dos tercetos. Es decir, el soneto.

En la dedicatoria a la duquesa de Soma de sus composiciones, intituladas ‘Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega’, obra que se publica en 1543, un año después de su muerte inesperada, el poeta catalán dejó escrito cómo se produjo dicho acontecimiento: «Estando un día en Granada con Navagero, tratando con él en cosas de ingenio y de letras, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dijo así livianamente, más aún me rogó que lo hiciere…».

Este encuentro afortunado hacia 1526 entre Juan Boscán y Andrea Navagero, embajador de Venecia, tuvo lugar en los jardines del Generalife, dado que la corte del emperador Carlos V se encontraba en ese momento instalada en la ciudad palatina de la Alhambra, y resultó clave para que los siglos XVI y XVII, en los que florece el Renacimiento y el Barroco, hayan sido el momento culminante de la poesía española utilizando como herramienta el soneto.

Altas cotas

Garcilaso de la Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, Miguel Cervantes, Federico García Lorca… han sido algunos de los artistas que siguieron las prácticas recomendadas por el embajador veneciano y llevaron a esta estructura poética a las más altas cotas de dominio y perfección, manteniéndose su uso en la lírica española hasta el momento presente.

El Patronato de la Alhambra y Generalife rememora este hecho literario con el proyecto cultural ‘Navagero: La Alhambra al itálico modo’, una propuesta coordinada por la profesora, crítica literaria e investigadora Remedios Sánchez que se extenderá hasta 2026 y «reunirá a grandes autores de prestigio nacional e internacional para que compartan sus impresiones sobre las composiciones al itálico modo», ha destacado la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz. Entre otros, los premios nacionales de Literatura o de la Crítica Luis García Montero, Ángeles Mora, Raquel Lanseros, Javier Salvago o Juan Antonio González Iglesias; o el premio Cervantes Antonio Gamoneda. Todos ellos aportarán a la Alhambra, además, una composición original sobre el monumento granadino, que se recogerá en una futura publicación.

El proyecto ‘Navagero’, que tendrá una sección en la web del Patronato de la Alhambra, pondrá el foco igualmente en la promoción y proyección de la mejor poesía escrita en español, e incluirá otras actividades para recordar la trascendental relación existente entre el Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife y la literatura. Eso sí, con el soneto como protagonista.

La colección Adonáis celebra sus 75 años con una exposición en Alcalá de Henares

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La sede del Instituto Cervantes de Alcalá de Henares (en la calle Libreros 23) acoge, hasta el 17 de julio de 2022, la exposición ’75 aniversario de los Premios Adonáis’, un magnífico repaso a la trayectoria del galardón más longevo dedicado a la joven poesía en España.

Con ‘Sublevación inmóvil’, Gamoneda quedó finalista del premio Adonáis en 1959.

La historia de la poesía española del siglo XX no puede entenderse sin la colección Adonáis. Una colección que, desde su inicio en 1943, «ha estado abierta a todas las corrientes poéticas, alejándose de cualquier tendencia de grupo», explican desde ediciones Rialp, la editorial que se hizo cargo de la colección en 1946.

Entre los ganadores del ‘Premio Adonáis’ están José Hierro, Claudio Rodríguez, Francisco Brines o José Ángel Valente; entre sus accésits, Antonio Gala, Ángel González, Julia Uceda, José Agustín Goytisolo o Antonio Colinas; e, incluso, entre sus finalistas, Antonio Gamoneda.

Para celebrar los 75 años de vida de esta colección en la familia de Rialp, tanto la editorial como el Instituto Cervantes han organizado una exposición, que hace parada en Alcalá de Henares, y que permite conocer «a través de los poemarios cómo ha sido la evolución de la poesía en nuestro país».

75 Aniversario de los Premios Adonáis

La exposición muestra un total de 84 libros, así como textos, diplomas de los ganadores, imágenes y un video. Organizada cronológicamente en seis secciones, en función de las distintas etapas que ha vivido el premio desde su creación, la muestra incluye secciones dedicadas a los directores de la colección, jurados y poetas premiados. A lo largo del recorrido el visitante puede escuchar poemas recitados por sus propios autores, grabados por la Fonoteca Española de Poesía.

Entre los libros que forman parte de la exposición destaca también una publicación leonesa, «La poesía leonesa y la Colección Adonáis. Una historia revisada», de Sergio Fernández Martínez, editado por Eolas dentro de la colección «Libros… a cuentagotas».

Y en este último libro, casi al final, encontramos esta valoración de Antonio Gamoneda sobre la colección Adonáis:

Portada del libro.

 

Olga Rodríguez / Poesía en Bagdad (Antonio Gamoneda y Faik Husein)


[Nota: Reproducimos algunos fragmentos del libro Aquí Bagdad. Crónica de una guerra (Velecio Editores, 2004), escrito por la periodista Olga Rodríguez Francisco (León, 1975), que fue corresponsal de la SER en Bagdad en 2003, durante la guerra contra Irak. Están extraídos de las págs. 274-278, donde se cuenta cómo se sentía la periodista tras la entrada de las tropas estadounidenses en la capital iraquí, las mismas tropas que habían disparado contra el Hotel Palestina provocando la muerte del periodista ucraniano Taras Protsyuk y del reportero gráfico español José Couso.]

«(…) Por la noche, a modo de despedida, nos reunimos en la habitación 503. Pusimos música y bailamos, y cuando lo hicimos nos dimos cuenta de que desde la muerte de Couso, no habíamos escuchado ningún disco, ninguna de esas melodías que nos acunaron durante los bombardeos.

(…) Decidí quedarme más semanas tras la entrada de los estadounidenses porque necesitaba contar lo que estaba ocurriendo: los saqueos, las carencias de la población civil, la pasividad de los americanos, la falta de seguridad. Permanecí más tiempo porque sentía aún una curiosidad extrema. Ansias de saber sobre muchos, de observar sus cambios, y de asegurarme de que estaban bien.

(…) Alguien advirtió de que se hacía tarde. Todos corrieron hacia sus vehículos, bajaron las ventanillas para decir adiós con las manos y desaparecieron. Me quedé apoyada en una columna del hall del hotel mirando el polvo que había dejado el convoy a su paso. Sonó un estruendo. Una explosión. Bagdad seguía sangrando y quienes nos habíamos quedado nos sentimos más solos. A partir de ese día, cada vez que me encontraba con algún periodista que había estado durante la guerra, nos abrazábamos aunque nunca hasta entonces hubiéramos cruzado una palabra.

Me dirigí nuevamente hacia mi habitación diciéndome que Irak seguía ahí a pesar de todo. Tenía que entrar en directo en la radio, como siempre, y tratar de observar y analizar lo que ocurría en la capital del país. La posguerra fluía, contemplada por cada vez menos testigos occidentales. Se habían ido muchos y todavía no habían llegado todos sus relevos. Ese pensamiento era lo único que me daba fuerzas para creer que mi estancia era útil, porque me encontraba en un momento en el que sólo la creencia en la solidaridad me empujaba a seguir adelante. Comenzó una nueva etapa, ya sin casi amigos corresponsales en Bagdad. Telefoneé a mi madre. Sonaban disparos cerca del hotel. Sentí saturación y asfixia ante el sufrimiento propio y ajeno. Pedí a mi madre que me leyera algo.

—Poesía —le dije. Sabía que tenía libros a mano.

De brasas son los ríos.
De escamas son las palabras.
Mi señora, te traemos Bagdad como un ataúd,
arrebatamos para ti los espejos y el incienso de
Sumeria.
Duerme, mi señora.

Era un libro de Faik Husein. Después abrió uno de Antonio Gamoneda:

—La que calla y desprecia, la que extiende
las mantas, la madera, los sudarios
sobre la vida; la que entiende el gesto
de los que existen y no hablan;
ésta que advierte y sigue con sus manos grandes
el movimiento de la tierra y fija
el rostro de la luz, ésta es la vieja
madre del miedo, la que espera y calla

Siguió y terminó leyéndome versos de una recopilación de poesía africana:

—Duérmete mi niño y no llores.
Te traeré un sapo
de nuestra granja de Awututu.
Duérmete mi niño y no llores.

Sentí cada verso como una caricia. Encontré en esos poemas la sensación que buscaba. Me ayudaron a recordar que no todo es la angustia que padecía Bagdad. Hubo algunas poesías más. Al final, nos reímos y después yo me sentí mucho mejor. (…)

«Siempre había más presos que naranjas», una exposición de José María Guijarro en el Museo Barjola

Este viernes 8 de abril, a las 19 horas, se inaugura en el Museo Barjola (C/ Trinidad 17, Gijón) la exposición «Siempre había más presos que naranjas», del artista manchego José María Guijarro, gestada al amparo de la poesía de Antonio Gamoneda y, más en concreto, de uno de los versos del libro Lápidas. Se podrá visitar hasta el 12 de junio de 2022.

Sucedían cuerdas de prisioneros; hombres cargados de silencio y mantas. En aquel lado del Bernesga los contemplaban con amistad y miedo. Una mujer, agotada y hermosa, se acercaba con un serillo de naranjas; cada vez, la última naranja le quemaba las manos: siempre había más presos que naranjas.

Cruzaban bajo mis balcones y yo bajaba hasta los hierros cuyo frío no cesará en mi rostro. En largas cintas eran llevados a los puentes y ellos sentían la humedad del río antes de entrar en la tiniebla de San Marcos, en los tristes depósitos de mi ciudad avergonzada.

ANTONIO GAMONEDA
Del libro ‘Lápidas’ (1977-1986)

Reproducimos el texto de la comisaria de la muestra, Laura Gutiérrez.

SIEMPRE HABÍA MÁS PRESOS QUE NARANJAS

José Mª Guijarro

Por LAURA GUTIÉRREZ

Licenciado en Filosofía y Letras, su obra se caracteriza, entre otras cosas, por la simbiosis entre pensamiento y objeto desarrollando una práctica artística fundamentada, según sus propias palabras, en la defensa de que, en el arte como en la vida, el reto consiste en “intentarlo y fracasar, en fracasar cada vez mejor”.

Este artista es, sin duda, uno de los creadores conceptuales españoles más sobrios e interesantes. Ha realizado numerosas muestras individuales, entre otras, en el Museo de Bellas Artes de Santander, en el CAB de Burgos, en Heinrich-Heine-Institute in coperation with Mahn-und Gedenkestätte and Jüdischen Gemeinde Düsseldorf. La última ha sido en 2018 “Negra leche del alba” en la Galería F2 de Madrid. Cuenta además con obras en colecciones tan destacadas como las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), la Fundación ARCO, el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid, el Banco de España y el Artium de Vitoria, entre otras.

En su trabajo, desde el principio, el poso del interés por la reflexión —filosófica, matemática…— vinculada al lenguaje y a la expresión literaria y poética, se traduce en la plasmación de una obra contundente, tanto en lo formal como en lo conceptual. Él mismo nos ayuda con la palabra a vislumbrar la poética de su expresión, manejando en sus afirmaciones las claves para seguir el rastro creativo: “Siempre me ha gustado lo que Wittgenstein viene a decir en el Tractatus: el lenguaje es una pintura del mundo. El lenguaje originario era el lenguaje hablado, la escritura vino después, y en el habla son significantes, además de la palabra, el ritmo, la entonación, la melodía”.

En esta ocasión la exposición planteada en el Museo Barjola se gesta al amparo de la poesía de Antonio Gamoneda. La frase ‘siempre había más presos que naranjas’ de uno de sus versos, da la pauta del poemario plástico con el que nos encontraremos.

José María Guijarro estructura piezas de armónico silencio enlazando elementos que tejen un relato escondido bajo el manto de la expresión plástica. Avanza y entra de lleno en un viaje con el espectador con el que recorrerá, mano a mano, subido a la estela de algunos de los versos de Gamoneda publicados en el libro Lápidas, el difícil camino del recuerdo vinculado al olvido, ofreciéndonos “toda la rotundidad y el silencio del que es capaz la palabra” según reza en la sinopsis del propio libro.

José María Guijarro. Fotografía: Arnaldo García / El Comercio.

Gamoneda encabezará el jurado del III Premio de Poesía joven de la Fundación Monteleón

Antonio Gamoneda.

La Fundación Monteleón recupera el Premio de Poesía joven paralizado durante 9 años. Esta es la tercera edición después de las celebradas en 2013 y 2014 y pretende recuperar también su periodicidad anual como el resto de actividades culturales y premio como el de relatos cortos, el de música o el de cuentos. Las bases son similares a las de la última edición, se podrán consultar en su página web y los poemarios se deberán entregar desde hoy y hasta el 10 de junio.

Un jurado encabezado por el Premio Cervantes 2006, Antonio Gamoneda, y en el que también figuran Tomás Sánchez Santiago y Juan Carlos Mestre, elegirá al ganador que se llevará 3.000 euros, un premio «para dignificar» a la buena poesía joven.

Ana Blandiana, sobre Gamoneda

Ana Blandiana.

Con motivo de la publicación de ‘Un arcángel manchado de hollín’ (Ed. Galaxia Gutenberg) a finales de 2021, la gran poeta rumana Ana Blandiana visita de nuevo España haciendo tan sólo tres paradas; una de ellas, en León, donde ofrece un recital este viernes 1 de abril. De la entrevista que le hace el poeta Rafael Saravia para La Nueva Crónica de León extraemos este párrafo:

(…)
— ¿Conoce a algún autor de nuestra ciudad?  
— Leí con pasión y admiración la literatura de los grandes escritores españoles clásicos y modernos, e incluso algunos poetas contemporáneos que conocí en festivales de poesía o ferias del libro. Pero en el caso de estos últimos, generalmente no sabía en qué ciudad habían nacido o en qué ciudad vivían. Sin embargo, si lo pienso bien, Antonio Gamoneda —con el que leí poesía  en un recital organizado en Madrid por el Instituto Cultural Rumano— es de aquí, al igual que Juan Carlos Mestre, que me concedió el honor de participar en la presentación de uno de mis libros en Madrid hace unos cuantos años. En cuanto a Tomás Sánchez Santiago, que vive en León pero nació en Zamora, nos conocimos en una librería de Zamora. Ese momento fue luego descrito por él en un poema de gran sensibilidad sobre las circunstancias de aquel encuentro, un poema que me impresionó y que admiro.
(…)

Ana Blandiana: «Sin el silencio el poema es solo un montón de palabras», una entrevista de Rafael Saravia en La Nueva Crónica de León.

Gamoneda, en la Fundación Nazim Hikmet (Estambul, 2008)

Antonio y María Ángeles en la Fundación Nazim Hikmet, Estambul, febrero 1008.

Antonio Gamoneda visitó la Fundación Cultural Nazım Hikmet el 13 de febrero de 2008, durante un viaje a Estambul, invitado por el Instituto Cervantes, en compañía de su mujer María Ángeles Lanza.

Gamoneda, que tradujo al español versos del poeta turco Nazim Hikmet (1902-1963) en los tiempos de la dictadura de Franco, comentó durante esta visita que se encontró con la poesía de Nazim por primera vez en la traducción francesa de Hasan Güreh (Sabahattin Eyuboğlu), y que esos ejemplos franceses fueron los que tradujo en un principio.

Antonio Gamoneda en la Fundación Nazim Hikmet, Estambul, febrero 1008.

Gamoneda ya es poesía en Oviedo: placa en su casa natal y un banco con el poema «Amor»

Poema de Gamoneda en un banco de la Plaza de la Poesía, en Oviedo.

El Gran Bulevar de El Vasco, en Oviedo, contaba ya desde hace un tiempo con una Plaza de la Poesía. Desde el pasado 21 de marzo de 2022, Día Mundial de la Poesía, la circunstancia es aún más palpable: allí se han instalado un total de ocho bancos, cuyo diseño emula las páginas de un libro abierto, y en cada uno se ha inscrito un poema  representativo de autores como los asturianos Antonio Gamoneda, Ángel González y Aurelio González Ovies, o el americano Walt Whitman.

En el caso concreto de Gamoneda, el poema inscrito en el banco es el titulado «Amor» (dedicado en su día a María Ángeles Lanza, esposa y compañera del poeta):

Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.

ANTONIO GAMONEDA
(Del libro «Blues castellano»)

El asunto no se queda ahí. El pasado 21 de marzo, la ciudad de Oviedo también quiso rendir un homenaje a dos de sus hijos ilustres, los poetas Antonio Gamoneda (Premio Cervantes 2006) y José García Nieto (Premio Cervantes 1996), cuyos nombres han quedado grabados en la céntrica calle Melquíades Álvarez. Allí se han instalado sendas placas, una en el nº 25 (casa natal de Gamoneda), y otra en el nº 6 (donde vivió García Nieto).

Gamoneda, durante el descubrimiento de una placa en su casa natal, en el nº 25 de la calle Melquiades Álvarez, en Oviedo, el pasado 21 de marzo de 2022,

A descubrimiento de las placas asistieron el propio Gamoneda y familiares de García Nieto, arropados por miembros de la Corporación municipal —entre ellos el alcalde, Alfredo Canteli— y por seguidores de sus obras. Además, fueron obsequiados respectivamente con sendas copias de las placas.

La de Gamoneda reza así: «En este solar, el 30 de mayo de 1931, nació el poeta / Antonio Gamoneda, premio Europa y premio Cervantes de las letras españolas»

Gamoneda —asturiano y leonés de adopción, ya que vino al mundo en Oviedo, en 1931, pero con solo tres años se trasladó con su madre recién enviudada a León, donde ha residido desde entonces— agradeció al consistorio ovetense tal «inteligente iniciativa» al coincidir el acto —que se celebró junto a la iglesia de San Juan el Real— con la efeméride del Día Mundial de la Poesía, algo que, a su juicio, debería celebrarse «todos los días del año».

Y recitó dos de sus poemas, uno de ellos una breve composición en lengua asturiana, bajo el título «Enantes del día», que forma parte de las colaboraciones que ha realizado con el tenor Joaquín Pixán, con quien ha compuesto poemas y canciones en bable. El autor de «Descripción de la mentira», «Arden las pérdidas» o «Libro del frío» leyó un segundo poema inspirado en los cuadros de Vermeer y Brueghel, que alude a una fiesta que «podría ser la de cualquier aldea asturiana».

En el Facebook del Ayuntamiento de Oviedo se pueden ver algunos vídeos relacionados con el acto:

Copia de la placa de la «calle Poetas Gamoneda», en Oviedo.

:: Calles con el nombre de Gamoneda

En Oviedo ya existe, desde hace unos años, la «calle Poetas Gamoneda», dedicada a Antonio Gamoneda padre (autor de Otra más alta vida, en 1919) y a Antonio Gamoneda Lobón hijo (Premio Cervantes 2006, autor de libros como Sublevación inmóvil, Descripción de la mentira, Lápidas, Cecilia, Arden las pérdidas, Un armario lleno de sombra o La pobreza).

En León capital también existe, desde hace años, una recoleta y pequeña calle Antonio Gamoneda ubicada en el barrio de La Serna, cerca del parque de La Granja, a las afueras de la ciudad. Lo mismo sucede en Trobajo del Camino (León) —donde la calle Antonio Gamoneda es asimismo muy pequeñita, y se encuentra en un entorno de calles con nombres de escritores leoneses— y en San Andrés del Rabanedo (León) —donde la calle Antonio Gamoneda también está localizada en un entorno de calles con nombres de escritores leoneses, muy cerca de la Oficina de Correos y del Parque Juan Pedro Aparicio—.

También existe una calle Antonio Gamoneda en Alcalá de Henares (Madrid), donde tienen una calle todos los Premios Cervantes.

Gamoneda, grabado en el corazón de Oviedo

El poeta astur-leonés Antonio Gamoneda ya cuenta con otra placa más con su nombre, esta vez ubicada en su casa natal en Oviedo, en la calle Melquiades Álvarez nº 25.