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Rafael Cadenas y Antonio Gamoneda abarrotan el Aula Magna de la Universidad de Barcelona (4 mayo 2023)

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El 90 cumpleaños de Gamoneda en la prensa

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D. Mendoza reseña «Esta luz», de Gamoneda, en La Razón (2019)

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Antonio Gamoneda, un poeta presente

Se publica el segundo volumen de su poesía reunida, escrita a partir de 2004 y hasta la actualidad, y en el que se incluye también un libro inédito, «Las venas comunales»

Por D. MENDOZA
Publicado en La Razón, 10-09-2019

Han pasado quince años desde que Galaxia Gutenberg publicara el primer volumen de la poesía reunida de Antonio Gamoneda. Pero en esa década y media, el poeta de Oviedo no estuvo quieto. Se siguió enfrentando a la página hasta sumar setenta años de creación. «Inevitablemente, y en contra de mi voluntad, este es un libro casi testamentario», asegura Gamoneda. Aunque la verdad es que el tomo es más que una recopilación, no solo porque incluye un poemario inédito titulado «Las venas comunales», sino porque todos los textos que allí se reúnen –»El libro de los venenos», «Canción errónea», La prisión transparente»y «No sé», entre otros– han sido revisados por el autor, quien los sometió a un proceso de reescritura.

En ese sentido, Miguel Casado, crítico y gran estudioso de Gamoneda, que además escribe el epílogo de «Esta luz», asegura: «Nuestro mayor poeta es un poeta en presente». Se refiere a que las modificaciones que el poeta ha hecho a sus textos abren la puerta a nuevas lectura de los textos y del propio autor «como heredero de su escritura, comparado y enfrentado a ella».

Casado habla de la de Gamoneda como «una obra que se mantiene en conflicto consigo misma y en constante ebullición». El autor lo expresa de este modo: «Incluso cuando un poema aparentemente ha terminado, yo necesito que siga vivo. Mi voluntad de reescritura coincide con ese deseo de que el poema no sea una piedra tallada para siempre –aunque tenga un libro titulado «Lápidas»– sino que pueda corresponderse con mi vida«.

Esa vida que también está relatando en prosa en la segunda parte de sus memorias, que publicará igualmente Galaxia Gutenberg bajo el título «La pobreza». Aunque aún no se ha desvelado la fecha exacta, el poeta afirma que «están al caer». También asegura que entre la poesía y la escritura de sus memorias existe cierta comunicación, «préstamos recíprocos», en sus palabras.

A pesar de su mente evidentemente lúcida, Gamoneda no quiso extenderse en reflexiones sobre su obra: «Dios me libre de querer ser yo quien interprete mi propia poesía –afirmó con una sonrisa–. Yo me entero de lo que quiero decir, y no del todo, cuando me lo dicen las palabras ya escritas».

Toma frente a su obra la posición ya esbozada en «No sé» (2014), de la que escribe en la introducción a este nuevo tomo: «Cabría entender su título como un «mantra» que se reitera en la invocación de la extrañeza experimentada ante circunstancias existenciales y ante el propio hecho de existir y saberlo».

Como afirma Casado, Gamoneda existe aún en el panorama literario Iberoamericano, y no ya como un gran poeta de otra generación, sino como el gran poeta de esta.

«La pobreza», de Gamoneda, en el diario La Razón (2020)

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El diario La Razón titula así la noticia de la presentación en Madrid de «La pobreza», segundo tomo de memorias de Antonio Gamoneda.

La página en papel.

Gamoneda en el SIEL de Casablanca: “Todos mis actos pasan por el espejo de la muerte”

Antonio Gamoneda, junto a Khalid Raissouni, su traductor al árabe.

Antonio Gamoneda: “Todos mis actos pasan por el espejo de la muerte”

El poeta ha visitado el pabellón de España en el Salón Internacional de la Edición y del Libro de Casablanca para abordar, junto a su traductor, una trayectoria de la que ya prepara su final

Por JULIÁN HERRERO
Artículo publicado en larazon.es, el 13 de febrero de 2019

No se atrevan a preguntarle a Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) qué es la poesía porque el autor no está en este mundo para ello, sino, más bien, para crear, para hacer su trabajo. “Se llevan demasiados siglos tratando de hacer una definición correcta y todavía no hemos dado con ella”, explicaba durante su intervención en el Salón del Libro de Casablanca (SIEL). Sin querer entrar en descripciones propias, el Premio Cervantes de 2006 señala directamente a San Juan de la Cruz, “cumbre de la poesía española”, para encontrar salida a la cuestión; concretamente, a dos puntualizaciones del religioso: “No saber sabiendo” y al “entender no entendido”. Para Gamoneda “es lo más próximo que se ha escrito y dicho en torno al origen de la poesía”, así que, en el mismo camino que le marcó el santo, añade: “También se podría entender como el pensamiento impensado”.

Sin más interpretaciones sobre qué son los versos, el autor se detiene en su “curso generativo”, dice. De qué y cómo nace. “Se podría hablar de poesía desde la primera palabra que se pronunció porque se tuvo la capacidad de articular un sonido y darle así entrada al lenguaje. Se creó la presencia intelectual de un objeto que, como la manzana, por ejemplo, era simplemente para comer”.

A su lado, Khalid Raissouni, su traductor al árabe, lo miraba y lo presentaba como “una voz muy singular de la poesía española”, como “un poeta que no puedes acoger en una generación porque está más allá de las generaciones y que ha terminado acumulando una obra con algo de perfecto”. Una trayectoria con dos partes bien diferenciadas en las que se encontró con “un periodo esencial de silencio”, el refugio del poeta durante quince años. Silencio significativo e interpretable en el que Raissouni prefiere no entrar, pero sí destacar “un resurgimiento en el que da un cambiazo a su trayectoria anterior”.

Pero el Gamoneda de hoy, el que visita el pabellón de España el SIEL como cabeza de cartel, no es el de antaño. Ya mira hacia el final: “Todos mis actos pasan por el espejo de la muerte. Cuando escribe, el poeta, no olvida que está acercándose progresivamente al final y a todas sus comunicaciones”, asegura un hombre que dice no ser poesía. “Solo soy el tema de mis versos, el hombre que contempla toda la realidad, la tangible y la intangible”. Pero también es el escritor que se emociona con la lectura de sus versos en árabe “porque no se ha traducido sin más, sino que se ha puesto la musculatura armoniosa que requería para ponerle ritmo al texto”.

Poesía que, según explicó en Casablanca, es un acto que requiere de tres claves: el nacimiento rítmico, la creación y la revelación de una realidad. “Y yo intento acercarme a las tres”. Pese a que, para Gamoneda, esté lejos de la literatura, “y no dejaré de decirlo”, afirma: “La literatura utiliza el lenguaje con el que nos comunicamos de una forma estética, creando obras de arte y alcanzando niveles sublimes, pero la poesía no nombra ese mundo exterior, sino que comunica la emanación de la propia vida, incluidos los sentidos más físicos”. Otro lenguaje, “una realidad en sí misma, como la respiración”. La intimidad del poeta, de nadie más, contada con palabras habituales que cambian su definición: “Dejan de ser las mismas. Tienen otro significado que no está en el uso de la comunicación normal, ni en los diccionarios, pero sí tiene el sentido que el propio poeta le otorga al nombrar esa realidad. La ley de la poesía no es la misma que la de la mejor literatura”.

Antonio Gamoneda en el SIEL de Casablanca.