El poema aparece recogido en el libro «Esta luz. Poesía reunida (1947-2004)» (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores; Barcelona, 2004), dentro de ‘Exentos II’, pág. 147:
En selva roja donde el agua nunca
la luz destella, ni, de oscuras ramas,
un pájaro revuelve la espesura
y, luego, lento, en el azul se eleva
y el canto le sostiene y pacifica;
en esta oscuridad que se respira
y a sí misma se ignora, pero siente
los pies descalzos del pastor, la lluvia
que oscurece las hojas y perfuma
el liquen y refresca la madera,
aquí no deja de pasar la noche
en larga suavidad: lame las grutas
donde vive la sed y se desliza
entre las ramas cautelosas. Siempre
pasa la noche pero el día nunca,
ni el rostro amado que bajar quisiera
hasta aquella maleza y envolverse
en el silencio de la selva; nadie,
ni aquella roca vibración de oro
de la abeja nupcial; naturaleza
que al solo oculto corazón escucha
latir en soledad, pero llorando.
ANTONIO GAMONEDA