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Una reseña de «La pobreza» (Galaxia Gutenberg, 2020), el segundo tomo de memorias de ANTONIO GAMONEDA, escrita por DIEGO MEDRANO y publicada en el diario El Imparcial, el martes 25 de febrero de 2020.
* Reseñas
Librería Letras Corsarias (Salamanca): ‘La pobreza’, de Gamoneda, libro de la semana
NC#208: La buena memoria
«Si algún día escribimos unas memorias, nos gustaría que nos salieran tan bien hechas como las de Antonio Gamoneda. ‘La pobreza’ es nuestro libro de la semana»
→ Librería Letras Corsarias. Salamanca.
Si algo hemos aprendido con las lecturas de esta semana es que la memoria es un ejercicio complejo, a veces doloroso. Mientras leíamos con gozo La pobreza, la continuación de la escritura de sus recuerdos que Antonio Gamoneda comenzó con Un armario lleno de sombra, el Ayuntamiento de Madrid decidía que sobraban versos de Miguel Hernández en un memorial a los represaliados construido en el cementerio de La Almudena. Gesto que se añadía a borrar de allí sus nombres grabados en piedra. Decía Gamoneda en una entrevista que la poesía no puede cambiar el mundo, pero intensifica la conciencia y que eso sí puede actuar sobre las circunstancias. Borrarla parece un gesto de mala conciencia o de ausencia de ella.
Gamoneda siempre insiste en que la poesía no es literatura, y hace tiempo que nos convenció esa idea. Esta semana hemos publicado un artículo sobre esa capacidad de lo literario para imaginar mundos distintos, centrándonos en las escritoras de ciencia ficción. (…) Échale un vistazo: Las mil hermanas de Ursula. (…)
El libro de la semana
Si algún día escribimos unas memorias, nos gustaría que fueran como éstas. Antonio Gamoneda hace un ejercicio al enfrentarse a su pasado que nos parece admirable: dudar. Duda sobre qué poner o qué quitar, sobre la capacidad misma de la escritura para reflejar lo vivido. “Qué era aquello, qué era?”. Una pregunta para cerrar un libro en el que nos hace cómplices del proceso de recordar, nos deja entrar a la trastienda de su presente –los achaques, los viajes, los primeros platos y los segundos– para trasladarnos a aquella época en la que siendo un chaval de catorce años empezó a trabajar doce horas diarias como meritorio en el Banco Mercantil, la posguerra pura y dura en la ciudad de León, que podría ser la nuestra.
Antonio fue un niño pobre de familia pobre, y como poeta habitó en el silencio de antologías y galas. Mientras otros de su generación seguían el camino derecho, el tuvo que tomar el de la supervivencia. Se censuró su Blues castellano y primero dejó de escribir y luego dejó de publicar, pero su obra finalmente se abrió el camino que merecía. Pero aquí habla poco de su carrera como escritor, el foco está puesto en sobreponer sobre la deslavada trama gris de la vida diaria –vigilancia, miedo, escasez, desprecio por la cultura: una España de curas, militares y “almirantazos”– un mapa de afectos y una conciencia nada heroica de resistencia personal. Lo cuenta como si ya nada importara demasiado. Capaz de ironizar con uno de los sentidos del humor más finos que conocemos, capaz de hurgar en la herida del dolor por las pérdidas. Es un libro en el que muere mucha gente. Se titula La pobreza y lo hemos disfrutado mucho.
Más lecturas
MEMORIA Y FOTOGRAFÍA. “Si logramos hacer de cada página nuestra un hecho, poco importará luego si la escribimos al cabo de quince años o de setenta y cinco”, escribe Mircea Eliade en Oceanografía, un libro que nos ha recordado al tono de Gamoneda ante la obra y la vida. Eliade es una autoridad en el estudio de lo simbólico y en estos textos, apuntes como de cuaderno, son una auténtica delicia: reflexiones sobre la amistad, la juventud, la vejez, el amor, la literatura. También nos han recordado al tono de Adam Zagajewski en Una leve exageración. Nos encantan este tipo de libros que siempre dan mucho más de lo que parece. (…)

César Iglesias reseña «Esta luz» en La Nueva España (2019)

Ildefonso Rodríguez, Antonio Gamoneda, César Iglesias y Avelino Fierro, en la Trébede (León), el 29-01-2020. / Foto: Javier Casares.
[Reseña de César Iglesias publicada el pasado 19 de diciembre de 2019 en el suplemento Cultura del diario asturiano La Nueva España]
Esta luz. Poesía reunida (1947-2019)
Antonio Gamoneda
Galaxia Gutenberg, 2019
Volumen 1, 670 páginas, 29,50 euros
Volumen 2, 508 páginas, 21,90 euros
Gamoneda, poeta en pijama
El Premio Cervantes asturleonés ultima La pobreza, segundo tomo de sus memorias, y afirma que su poesía está “en la perspectiva de la muerte”
Por CÉSAR IGLESIAS
“Cuando yo tenía catorce años,/ me hacían trabajar hasta muy tarde”. Quien escribió esto ha cumplido ya 88 y su jornada laboral se prolonga en noches de café, picadura de tabaco y la luz blanca de un ordenador, idéntica a la de la catedral de León que custodia su vigilia creativa. El responsable de esas palabras es Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931), aquel adolescente proletario que madrugaba para encender la calefacción de una oficina bancaria de posguerra. Ahora no madruga, pero persevera en cumplir con la tarea de ser el guardián de nuestras pesadumbres y alumbrar algunos bálsamos, ciertas certezas.
La productividad creativa de este Premio Cervantes se ha materializado en la nueva edición de Esta luz (Galaxia Gutenberg, 2019), al cuidado del poeta, ensayista y traductor gijonés Jordi Doce. Lo ha hecho con la incorporación del Libro de los venenos, una singular recreación de un tratado médico y botánico del griego Dioscórides vertido al castellano por Andrés Laguna, nuevas versiones de textos de diferentes autores, los volúmenes publicados en los últimos tres lustros (Canción errónea, La prisión trasparente y No sé) y Las venas comunales, un libro que comparte la naturaleza de inédito con otros tres largos poemas. Cierra el segundo tomo un epílogo de nueva planta ensayística de Miguel Casado, profesor y poeta, sin duda el lector que mejor ha sabido explorar los abismos gamonedianos. Estas 1.178 páginas son el legado de un hombre que asumió la obligación de certificar en primera persona las líneas del sufrimiento universal y trazó con su letra afilada la cartografía de “una hermandad sin esperanzas”.
Ernesto Escapa sobre ‘Descripción de la mentira’ de Gamoneda / «Crónica de un estrago moral» (1978)

Reseña de ‘Descripción de la mentira’ de Ernesto Escapa, publicada en 1978.
«DESCRIPCIÓN DE LA MENTIRA», DE ANTONIO GAMONEDA
CRÓNICA DE UN ESTRAGO MORAL
Por ERNESTO ESCAPA
[Artículo-reseña publicado en la pág. 4 de INFORMACIONES de las ARTES y las LETRAS, el 5 de octubre de 1978]
«¿Recordáis a Don Quijote vencido, camino de su aldea, cuando, durmiendo en el campo, una piara de cerdos le pasa por encima? Nunca busco en Don Quijote más de lo que Cervantes dice; pero, a pesar mío, veo ahí una imagen de lo que con el poeta hacen los críticos». (Luis Cernuda)

Ernesto Escapa.
A nadie puede extrañar que mi comentario se inicie con una señal de alerta hacia el descuido con que la crítica ha dejado pasar este libro auténticamente excepcional. Ya se entiende que esta circunstancia no constituye ninguna condena, sino el mejor aval para acercarse a cualquier lectura realmente «nueva». En este sentido, la historia de la literatura es una dama lo suficientemente vetusta como para ahorrarnos mayores explicaciones. En todo caso, y aunque la cuestión no deje de ser puramente doméstica, ofrece evidente interés semejante puntualización, porque la razón última de ese descuido radica en la propia condición innovadora del libro. Se trata de un vasto poema cuya originalidad pone en entredicho al intermediario habitual y exige del crítico una lectura activa, sin anteojeras, una respuesta de lector inquieto. ¡Algo tan difícil!
Descripción de la mentira* se instala, con voluntad de transgresión, en las siempre inciertas fronteras entre la lírica y la épica. Integrado en esta corriente —galvanizadora, de una parte, de la mejor poesía contemporánea e insólita entre nosotros, fuera de las tentativas de Cernuda—, cuyas indagaciones pugnan por establecer un nuevo formato de poesía narrativa, el libro de Gamoneda se revela como testimonio de una perplejidad colectiva, vehiculando, en toda su diversidad y riqueza, algunas de las conjeturas morales más acuciantes de nuestro tiempo.
«Gamoneda: a la luz de su poesía reunida» (ABC, 2019)
Aparece el segundo volumen de «Esta luz», que reúne la poesía escrita por Antonio Gamoneda desde el año 2005 hasta la actualidad
Por BRUNO MARCOS
Publicado en ABC Castilla y León (Artes & Letras) el 26/12/2019
Ha mantenido Antonio Gamoneda los ojos abiertos mucho tiempo hacia la nada y el dolor. En bastantes ocasiones se le cita a él mismo para definirlo diciendo que su obra está en la perspectiva de la muerte. Inevitablemente esta insistencia en mirar lo que no queremos mirar ha llegado a agotarle. El cansancio y la falta de respuestas a unas preguntas imposibles de contestar han impregnado su corpus literario de un negro pesimismo. Sólo una cosa se levanta de entre ese desconsuelo, el afán por hacer belleza con todo ese abatimiento.
Gamoneda fue un niño de la guerra y de la posguerra. En sus memorias de infancia, tituladas Un armario lleno de sombra (2009), plasma con nitidez una vida mutilada por la pobreza, el horror de la contienda civil y sus recuerdos. En sus páginas encontramos algunas de las escenas reales que aparecen, más o menos encriptadas, en sus poemas, por ejemplo las de cuerdas de presos desfilando frente a su ventana en el barrio ferroviario de León, los muertos flotando a la orilla del río Bernesga o las manchas de sangre en el penal de San Marcos.
«Antonio Gamoneda, el poeta sin zapatos» (El País)

Caricatura de Gamoneda, por Luis Grañena.
Una antología reúne 70 años de trabajo del poeta Antonio Gamoneda, crítico con la dictadura actual del consumismo
Por JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS
Publicado en El País, el 24 de noviembre 2019
Antonio Gamoneda estuvo 15 años en huelga. No ha parado de trabajar un minuto desde que con 14 años entró en el Banco Mercantil de León como recadero y meritorio —él traduce “chico del botijo”—, pero durante tres lustros se mantuvo, en lo relacionado a la literatura, de brazos caídos. Cuando en 1966 terminó un poemario titulado Actos, la censura franquista lo devolvió al editor con dos frases demoledoras y un consejo. La frase: “Libro de versos muy malos. En ellos campa un sentido de resentimiento con toques de ateísmo”. El consejo: con un par de retoques podría publicarse. Gamoneda se negó. Era una forma de ser consecuente con la cita de Karl Marx que pensaba poner al frente de uno de los poemas: “La vergüenza es un sentimiento revolucionario”. El libro terminó publicándose como Blues castellano en 1982, con España ya de verbena y la poesía social convertida en una aguafiestas con la que nadie quería bailar….
- Sigue leyendo el artículo en El País (tendrás que registarte en el periódico para leerlo, pero es gratis)
José Luis García Martín reseña en su blog «Esta luz» (2019)
Van apareciendo reseñas de la nueva edición de «Esta luz. Poesía reunida (1947-2019)» (ed. Galaxia Gutenberg), de Antonio Gamoneda. Y hemos encontrado ésta, un tanto venéfica y más centrada en desdeñar «las explicaciones que el poeta da de su obra» que (en) la obra del poeta, del controvertido crítico literario José Luis García Martín.
- «Antonio Gamoneda, instrucciones de uso».
En el blog Crisis de Papel. Lecturas de José Luis García Martín.
Antonio Gamoneda. ‘Esta luz. Poesía reunida (1947-2019)’ / Una reseña de Túa Blesa
Esta luz. Poesía reunida (1947-2019)
ANTONIO GAMONEDA
Epílogo de Miguel Casado.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2019.
Volumen I. 672 páginas, 29,50 €.
Volumen II. 511 páginas, 25,90 €
Antonio Gamoneda. ‘Esta luz’. Poesía reunida
Por TÚA BLESA
(Reseña publicada en El Cultural, el 17-9-2019)
Al titular en 2004 Antonio Gamoneda la reunión de su trabajo poético Esta luz estaba inscribiendo ahí, en el título, en lo que da nombre a su escritura, una palabra que es decisiva: “luz”. Así, lo que aquí se ofrece es una palabra luminosa, iluminada, la que de quien ha contemplado lo que se ofrece a la vista y lo que el decir poético saca a la luz. Es palabra que aparecía en el que fue su primer libro, Sublevación inmóvil (1960), “inmensa luz que hoy no podría / un dios mirarla sin quedarse ciego”, y ello entre expresiones que remiten a san Juan de la Cruz (“dar alcance”, “lance”). A fin de cuentas, ambos son místicos, por cuanto sus escritos incluyen misterio, cuando menos el misterio de que la palabra diga más de lo que dice, que emocione, que revele, que sea dicha poéticamente, lo que en la obra de este poeta sucede como en muy pocos. Y, desde luego, una obra que apenas tiene nada que ver con la de sus coetáneos.
«Esta luz. Poesía reunida (1947-2019)», en el blog de Angélica Tanarro
Antonio Gamoneda: “Necesito que el poema este vivo,
que no sea algo tallado en piedra para siempre”
El autor de ‘El libro del frío’ presentó el segundo volumen de ‘Esta luz’, su poesía reunida
Por ANGÉLICA TANARRO
Publicado en su blog «Calle 58″, en la edición digital de El Norte de Castilla, el 15 septiembre 2019, 10:37
‘No sé’ es algo más que el título de unos de los últimos libros de Antonio Gamoneda. Ese supuesto no saber es el espacio mental en el que ha ido construyendo la continua indagación en la identidad, así como la perplejidad ante la existencia que están en su obra. Y a ese no saber recurrió ayer el poeta, premio Cervantes de Literatura, durante la presentación del segundo tomo de ‘Esta luz’, título bajo el que se acoge su poesía reunida y cuya primera entrega también publicó Galaxia Gutenberg hace ahora quince años. Puede que los 88 de Gamoneda se dejen sentir en sus piernas, más torpes, o en su oído, más opaco, pero no han hecho mella ni en su lucidez ni en su escritura. En estos quince años que han pasado desde aquel voluminoso tomo que recogía sus escritos hasta 2004, Gamoneda ha publicado ‘Canción errónea’, ‘La prisión transparente’ y ‘No sé’; ha escrito el libro inédito ‘Las venas comunales’ sobre dibujos de Juan Carlos Mestre, y una serie de ‘Mudanzas’ (reescrituras y versiones de otros poetas). Todos ellos componen el segundo volumen de ‘Esta luz’, junto con el ‘Libro de los venenos’, un texto anterior que el autor considera un capítulo más de su escritura poética.
Victoriano Crémer, en su día (¿hacia 1960-1961?), sobre «Sublevación inmóvil» de Gamoneda

Homenaje a Victoriano Crémer por su centenario. León, 16-XII-2006. En la imagen: Gamoneda, Crémer y Pereira. © Fotografía de PEIO GARCÍA, para la agencia ICAL
[Nota de E. O.: Este texto firmado por Victoriano Crémer, y sin fechar, se conserva entre los papeles de Antonio Gamoneda, escrito a máquina sobre un papel de calco grande y fino, casi un papel de seda, un tanto arrugado. Le pregunté a Antonio si ésta fue la primera reseña o crítica de su primer libro, «Sublevación inmóvil», y me respondió que no, que la primera reseña que recuerda apareció en una revista de Brasil que le llegó a Crémer, y que éste le enseñó en su día. En cualquier caso, este texto de Crémer tiene que ser una de las primeras reseñas de «Sublevación inmóvil», escrito con toda probabilidad en aquel tiempo, 1960 o 1961. No sabemos dónde se publicó, o si fue leída por la radio. Transcribimos el texto:]
SUBLEVACIÓN INMÓVIL.—Por Antonio Gamoneda
Colección Adonáis. Madrid, 1960

…
Andan hirviéndonos ideas antiguas sobre la crítica, cuando llega a nuestras manos un libro de versos: Se titula «Sublevación inmóvil», y su autor es Antonio Gamoneda, buen compañero de navegaciones líricas. Pero hemos de rechazar todo vínculo de amistad, pues que nos disponemos a hablar sinceramente sobre este libro primero, con el que se presenta a la alta sociedad española de la Poesía.
El libro de Antonio Gamoneda es mucho más que ese primer libro de poemas, arrancado de la sumisa ineditud por la prisa natural de un poeta joven. Estamos convencidos que la diana propuesta por el autor queda mucho más alta y más lejana que la que podría acogerse a la estricta geografía nacional. Es un libro sin fronteras.
«Sublevación inmóvil» ha ido haciéndose con lentitud, con dolor, aunque no con espasmos de angustia fingida. Para llegar a esta realidad ya compuesta, la obra sufrió revisiones despiadadas, lecturas apasionadas y hasta corrió la inevitable aventura de un Concurso Nacional, en el que destacó tan claramente que queda vista para la mejor de las sentencias: la de su publicación.
No se trata, pues, de un libro apresurado, de unos versos pugnaces que quieren salir, sea como sea. Es un Cuaderno sereno, denso, apretado y estremecido, en el que están evidentes supremas implicaciones de la Poesía eterna: la Belleza, la Verdad, la Justicia… Una Belleza que no supone una posición esteticista, sino que fundamenta una aspiración humana. Una Verdad que trasciende del paisaje, de las cosas, y que se entrega, con la alegría de la pureza, al deseo de los hombres; mas no al deseo instintivo, primario, sino al conocimiento reflexivo, transcendente. Y una Justicia tan proporcionada, tan armoniosamente concebida, que es como una Gran Patria; como una única y deseada Patria, en la que están contenidas la Verdad, la Belleza, la Libertad…
Oh, si, España,
España es también una tierra.
Pero la tierra solo no es un país:
un país es la tierra y sus hombres.
Y un país solo no es una patria;
una Patria es, amigos, un país con justicia.
El lenguaje de Antonio Gamoneda, a fuerza de extremar sus recursos expresivos y dejarlo en la más doliente y fina carne viva, parece desprovisto de retórica. Pero ¡qué difícil retórica es la suya! La palabra, en los versos de Gamoneda adquiere toda su intensidad, toda su fuerza comunicativa. Elimina voluntariamente la perífrasis y va directamente a la almendra dura de lo que necesita expresar. Dice por ejemplo:
«Hay que ser muy hombre para soportar la belleza»
y sin más, sentimos en el alma la gravitación magnífica de la belleza. O añade:
«Eterno al sol, después de mucha tierra deshabitada de pájaros, surge un pueblo»
y sin otros medios, la llanada abrasada se inventa un pueblo para nosotros… Que esta austeridad conceptual no invalida la potencia del mensaje, lo demuestra cómo en cada poema el alma del lector se siente aprisionada, cómo se detiene, cómo vuelve sobre los pasos de la lectura.
Aquí hay un poeta. Nosotros ya le conocíamos, pero faltaba este testimonio impreso para que el nombre de Antonio Gamoneda se imponga decididamente en el índice más calificado de la poesía española de los últimos años.
Acaso estemos en igual tormento.
Un dios caído en el dolor es tanto
como el dolor si sobrepasa el llanto
y se levanta contra el firmamento.
Un dios inmóvil es un dios sediento
y a mí me cubren con el mismo manto.
Yo tengo sed, y lo que yo levanto
es la impotencia del levantamiento.
Oh que dura, feroz, es la frontera
de la belleza y el dolor; ni un dios
puede cruzarla con su cuerpo puro.
Los dos estamos por igual manera
a hierro y sed de soledad, los dos
encadenados contra el mismo muro.
VICTORIANO CRÉMER

Antonio Gamoneda y Victoriano Crémer en 2006.
En recuerdo de Félix Barajas, una reseña de su libro «El ámbito y las manos», por Gamoneda (1981)
En recuerdo del poeta leonés Félix Barajas Martínez, que falleció en León el pasado 7 de agosto de 2019, a los 76 años de edad, reproducimos una reseña de su libro «El ámbito y las manos» (León, Ed. Celarayn, 1981), firmada por Antonio Gamoneda, que se publicó en el nº 44 (págs. 133-134) de la revista Tierras de León (correspondiente al año 1981, y editada por la Diputación de León).


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José Luis Gómez Toré reseña «Un armario lleno de sombra» (2009)

Portada de «Un armario lleno de sombra».
Un armario lleno de sombra
Antonio Gamoneda
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Madrid, 2009.
Por JOSÉ LUIS GÓMEZ TORÉ
[Reseña publicada en el blog La Tormenta en un Vaso, el 11/08/2009]
Como pórtico de estas memorias de infancia, que acaban cuando el futuro poeta cumple catorce años, nos encontramos con un Antonio Gamoneda adulto que, tras la muerte de su madre, abre ese armario al que hace alusión el título, un armario que al mostrarnos su contenido deja también entornadas las puertas de la memoria. Resulta casi demasiado fácil establecer un paralelismo con el célebre episodio de la magdalena de Proust si no fuera porque aquí la realidad se impone sobre la ficción y porque el pasado emerge en estas páginas consciente de un espesor de sombras que la reflexión no acaba nunca de disipar. Si los lectores de Gamoneda ya sospechábamos que la infancia era uno de los pilares apenas confesados de su poesía, nos encontramos en estas memorias cómo ese mundo poético tan turbador como fascinante en el que conviven el asombro y el miedo, la crueldad y la ternura tienen mucho que ver con la mirada de este niño de la guerra y la posguerra, que empieza a descubrir un mundo en el que, ya desde sus primeros años, está demasiado presente la muerte.
Lectura de «Descripción de la mentira», por Goya Gutiérrez Lanero
Un comentario de la autora y profesora zaragozana Goya Gutiérrez Lanero sobre «Descripción de la mentira», de Antonio Gamoneda, que arranca así:
«DESCRIPCIÓN DE LA MENTIRA, de Antonio Gamoneda fue publicado originalmente en el año 1977 e incluido posteriormente en el volumen recopilatorio Edad (1989) y recogido más tarde en Esta luz (2004, Ed. Galaxia Gutenberg). En mi comentario para referirme a este libro, he elegido la segunda edición del año 2006 de Abada Editores, subtitulado De líquenes inevitables, conteniendo un glosario de Julián Jiménez Heffernan sobre distintas palabras peculiares que habitan el poemario, dejando constancia de fuentes y antecedentes en la poesía de este autor. Datos que arrojan si no luz, resplandores para poder transitar y navegar en la espesura de este bosque poético y en sus sorprendentes imágenes. (…)»
«Descripción de la mentira» en un artículo de María del Rosario Andrada, desde Catamarca (Argentina)
Copyright Ⓒ El Ancasti. Haz un click en las imágenes para acceder al artículo de María del Rosario Andrada sobre la edición de «Descripción de la mentira» (seguido de «De líquenes inevitables. Un glosario de Julián Jiménez Heffernan», publicado por Abada Editores; Madrid, 2006), de Antonio Gamoneda, artículo aparecido en el diario digital argentino (de la provincia de Catamarca, al noroeste del país) El Ancasti, el 7 de julio de 2019.
(…)
(…)

Portada del libro.
«El tiempo lee poemas» / Miguel Casado escribe sobre «Descripción de la mentira» en rebelion.org

Antonio Gamoneda y, al fondo, Miguel Casado, en Astorga, en julio de 2017. Foto: Eloy Rubio Carro (astorgaredaccion.com)
El tiempo lee poemas
«Descripción de la mentira es un cuerpo de insólita materialidad, que arrastra con su impulso, pero también es un espacio verbal de pensamiento, de exploración del sentido de la vida y de la identidad personal, y ambos se comunican y funden: las imágenes se hacen lúcidas y sensoriales las abstracciones…»
Un artículo de MIGUEL CASADO
Artículo publicado en Rebelión el 22-06-2019
No sé si hay en la poesía española de las últimas décadas muchos momentos tan cargados de sentido como el inicial de Descripción de la mentira: en él una mirada toma perspectiva para hacer balance del largo silencio que la antecede, silencio personal y colectivo –“era un país cerrado, la opacidad era la única existencia”–, y en ese mismo gesto encuentra también la voz para expresarlo. Una voz nueva, “sin semejanza”. El libro apareció hace poco más de cuarenta años. Ese momento parece, desde el punto de vista del autor, de Antonio Gamoneda, una experiencia de concentración temporal y existencial que no se agota: el vívido e instantáneo pasar de toda una vida ante los ojos, mientras afloran los múltiples estratos de sucesos y personas, confundidos primero, hasta que poco a poco van dando con su lugar –el que tuvieron en otro tiempo, el que retienen en su onda expansiva. Y me digo que, si hace de eso cuarenta y dos años, hace ya también muchos, treinta y seis, de la primera vez que leí el libro y escribí sobre él, y que no me resulta fácil evocar ese momento después de haberlo leído tanto, de haber escrito tantas páginas sobre él. Perdura, sí, la imagen del impacto y la sorpresa, de la novedad de aquella lengua y la fuerza de su mundo, de su música, y el poder de las imágenes, la atracción de su oscura densidad.
Viéndolo desde ahora, se diría que el tiempo lee poemas. Por supuesto, el debate inconcluso en España sobre la memoria histórica –que es un debate sobre la guerra civil de 1936-1939, que sigue abierto–, o la creciente quiebra del relato oficial de la llamada transición democrática de los años 70, resuenan hoy en estos versos junto a la “tierra desposeída de sus tumbas” o la conciencia de ser un superviviente en un país sometido a la destrucción, y forman parte de la lectura. Pero hablo sobre todo de una temporalidad propia de la poesía, de la lentitud o el calado de sus palabras. A través de los años la lectura ha ido posándose, alimentándose del texto y quizá también alimentándolo a su manera; las distintas escenas e imágenes se han ido iluminando, tendiendo vínculos, y una extraña literalidad se ha impuesto. Y, por ofrecer Descripción de la mentira la génesis de una lengua, cada texto posterior de Gamoneda parece influir en la percepción de ese origen.








