
Portada de «Canción errónea».
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Amé. Es incomprensible como el temblor de los álamos. Estoy extraviado pero yo sé que amé.
Yo vivía en un ser y su sangre se reunía con mi sangre y la música me envolvía y yo mismo era música.
Ahora,
¿quién es ciego en mis ojos?
Unas manos pasaban sobre mi rostro y envejecían lentamente. ¿Qué fue vivir entre heridas y sombras? ¿Quién fui en los brazos de mi madre, quién fui en mi propio corazón?
Únicamente he aprendido a desconocer y olvidar. Es extraño.
Todavía el amor
habita en el olvido.
(Del libro Canción errónea.
Pág. 53. Barcelona, Tusquets, 2012)