tribu maleku

«La máscara de Antonio Gamoneda», por José María Zonta

José María Zonta entregando a Antonio Gamoneda la máscara indígena maleku de Costa Rica.

José María Zonta entregando a Antonio Gamoneda la máscara indígena maleku de Costa Rica.

La máscara de Antonio Gamoneda

Antonio Gamoneda, Premio Cervantes 2006, estará leyendo sus poemas en la Plaza de los Leones en la apertura del Festival Internacional de Poesía de Granada.

Por JOSÉ MARÍA ZONTA
Artículo publicado en las páginas de Cultura del diario nicaraguense La Prensa

El hombre que escribió “durante un instante me visitó un crepúsculo cuya profundidad no me pertenece”, me escribe para pedirme que le lleve una máscara de Costa Rica para su colección.

Imagino que en su salón de máscaras la costarricense figurará entre la Máscara de Agamenón y la de Nefertiti.

La pregunta que salta, como la rana de Basho, es… ¿de qué hablan sus máscaras durante los viajes de Antonio? ¿Quiénes usan las máscaras de Antonio para no ser reconocidos en las calles de León? ¿Acaso sus poemas?

El punto es que no podía llevarle a Antonio una de esas máscaras hechas en serie, para impresionar turistas. Así que viajé a la Reserva Indígena en Guatuso, al Palenque Tonjibe, para hablar con Wuayra, la última talladora de máscaras de madera balsa de la tribu Maleku. Wuayra tiene manos de tormenta que habla con los modales de la brisa.

Su edad es una llanura en la que todavía galopan manadas de venados. Wuayra se acordó de cuando anduve por ahí cámara al hombro filmando un documental.

Cuando le dije que sí, que pedí permiso al dios Nharíne Cha Cónhe antes de cruzar el río Pataste y entrar al Palenque, se tranquilizó y me ofreció chicha.

—¿Qué te trae por aquí, José María?
—Vengo a rogarte que talles una máscara para mi Maestro, Antonio Gamoneda.
—¿Y qué me darás a cambio?
—Fuego apagado para que lo enciendas —le respondí mostrándole ocho cajas de velas grandes, muy apreciadas por los maleku porque ellos entierran a sus muertos en los patios de sus casas, para no olvidarlos.

Alcanzado el acuerdo Wuayra me hizo la única pregunta que realmente importa para tallar la máscara de Gamoneda:

—¿Antonio tiene alma de lapa roja?
—No —le contesté.
—¿De tucán?
—No.
—¿De búho?
–No.
—¿De jaguar?
—No.
—¿De serpiente de coral?

Titubeé, porque los poemas de Antonio tienen poderes curativos y son plantas medicinales brotando en las páginas, pero respondí que no.

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