
Los escritores Antonio Gamoneda y Elena Medel. Fotografía: LUIS MAGÁN / El País.
[Reproducimos el artículo publicado el 20 de agosto de 2007 en la última página del diario EL PAIS, en la sección estival ‘CONSAGRADOS Y NOVATOS’]
Clásicos en el hipermercado
Elena Medel, de 22 años, descubrió la obra del último Cervantes en un centro comercial
Por J. RODRÍGUEZ MARCOS (EL PAIS, 20/08/2007)
«Libro de versos muy malos. En ellos campa un sentido de resentimiento con toques de ateísmo». Antonio Gamoneda y Elena Medel leen el informe que la censura redactó en noviembre de 1968 a propósito de ‘Blues castellano’, el poemario más comprometido del escritor leonés. En esa fecha, la poeta cordobesa, de 22 años, ni había nacido, pero hace unos meses fue ella la que escribió un epílogo para ese libro cuya condena por parte de la «sección de ordenación editorial» contemplan ahora los dos. Lo hacen en la exposición dedicada a Gamoneda que acoge en León la Casa de Botines, diseñada por Gaudí. Es la tercera vez que se ven. La primera fue en la Residencia de Estudiantes, donde Elena Medel tiene una beca: «Un día bajaba a desayunar en pijama y allí estaba él. Subí corriendo a ponerme unos vaqueros».
La muestra es una especie de biografía en tres dimensiones. Está ‘Otra más alta vida’, el libro con el que Gamoneda aprendió a leer, y que había escrito su propio padre. También están su primer poema, las medallas y honores, las cartas y los libros dedicados por los amigos: Tàpies, Chillida o Herberto Helder, «el poeta europeo vivo que más me interesa», apostilla él. Además, cuadros de su colección acompañados de poemas manuscritos con su espinosa letra. «¿Que si he pintado alguna vez? Nunca he sabido pintar ni el humo de un tren».
La casa de Gamoneda no está lejos, pero hay dos paradas antes de llegar. La primera, en una bodega para tomar un vino. La segunda, en el bar Miserias para comer. «Yo estoy a régimen», aclara el poeta mientras saca una batería de pastillas y da cuenta de un plato de verdura sin quitar ojo a las morcillas que ha pedido el resto de la mesa. Hace cuatro años lo atropelló una furgoneta. Resultado: 15 días de hospital y un perpetuo problema de espalda que sólo se mitiga perdiendo peso.