Dores Tembrás

Antonio Gamoneda: «La poesía no es un adorno que se pone a la vida, es la vida misma, un hecho biológico»

El poeta Antonio Gamoneda, en 2016. Fotografía: Ángel González. / La Opinión – A Coruña.

ANTONIO GAMONEDA PARTICIPA EN EL CICLO ‘POETAS DI(N)VERSOS’

Antonio Gamoneda: «La poesía no es un adorno que se pone a la vida, es la vida misma, un hecho biológico»

«Los poemas no tienen ninguna utilidad. Pero no nos preguntamos para qué sirven, igual que con un paisaje muy hermoso o un cuerpo humano. Advertimos su belleza»

Por ALICIA PARDO / A Coruña
Entrevista publicada en La Opinión – A Coruña, el 18-02-2018

A sus 86 años, Antonio Gamoneda sabe un par de cosas de la vida. Y sabe también de poesía, un arte que ha cultivado durante más de medio siglo y que –está convencido– no puede cambiar realidades pero sí corazones. Sus 18 poemarios, que le han valido reconocimientos como el premio Cervantes en 2006, los repasará mañana (lunes 19 de febrero) a las 20.30 h en el Ágora, donde participará en el ciclo Poetas Di(n)versos junto a Dores Tembrás.

¿Para qué le ha servido a Antonio Gamoneda la poesía?

—La respuesta más directa es que no sirve para nada. No tiene ninguna utilidad inmediata para quien sea, ni para el poeta. Pero, igual que no nos preguntamos para qué sirve un paisaje muy hermoso o un cuerpo humano, no nos preguntamos para qué sirve la poesía, sino que advertimos su belleza.

—Se encontró con ella en su infancia, a través de un libro de su padre, ¿fue aquello determinante para acabar siendo poeta?

—Pienso que sí. Yo no sabía que iba a ser determinante, porque no sabía nada. Era un niño que quería aprender a leer, pero las escuelas, en el verano-otoño de 1936 en León, estaban cerradas a causa de la represión sobre el magisterio. En mi casa no había muchas cosas, pero sí un libro de mi padre. Fui aprendiendo los signos de la escritura y, simultáneamente, descubrí que existía un lenguaje que no era exactamente el de la vida doméstica. Este descubrimiento fue determinante para mí.

—También fue determinante la situación política y social. ¿Hasta dónde llega la impronta de la Guerra Civil en su obra?

—La impronta de la Guerra Civil no termina, permanece. Pero no solamente por el hecho histórico. Aunque estuviera vestida con otros encajes, el motivo fundamental de la Guerra Civil era un aspecto de la lucha de clases. Esa lucha permanece. Se muestra en asuntos como la brecha salarial entre mujeres y hombres y la pugna por que el trabajo esté contemplado como uno de los derechos humanos que necesita una justa retribución. Ello estaba en la sublevación de militares de 1936. La huella de la Guerra Civil no necesita que yo la conserve, se extiende hasta ahora mismo.

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