Fragmento (penúltimo párrafo) del «Libro de los Venenos» de Gamoneda

Páginas del índice del «Libro de los venenos» de Gamoneda.

Fin

Procuró siempre la naturaleza que no hubiese cosa tan maligna y dañosa contra cuyos insultos no se hallase algún eficaz presidio, y pluguiera a Dios Todopoderoso que así como nos fortaleció de muchos y valerosos remedios contra las injurias de las serpientes mortíferas, nos concediera alguno por medio del cual nos pudiéramos defender de la fiera doméstica y familiar, mucho más virulenta que todas, quiero decir del hombre, de cuya viperina lengua, a veces sin ser sentida, se derrama una ponzoña tan peligrosa y mortal que ni el metridato ni la triaca perfecta bastan para remediar sus daños.

(…)

Antonio Gamoneda. Libro de los venenos. Madrid, Siruela, 1995. [Pág. 169; la cita es de Andrés Laguna].

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